Este domingo 26 de octubre, los argentinos fueron llamados a las urnas con el fin de renovar la composición parlamentaria de casi la mitad de la Cámara de Diputados y de dos terceras partes del Senado (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur).
Estas elecciones no solo destacaron por la introducción de la boleta única como garantía de optimización del recuento y de la prevención de mecanismos fraudulentos, sino por tratarse de un tenso y emocionante proceso mid-term de evaluación de las funciones de gobierno de La Libertad Avanza, bajo Javier Milei, el primer presidente austrolibertario que ha podido tener una institución terrestre (salvando al Principado de Liechtenstein).
Había sondeos que vaticinaban un gap ajustado a favor del bloque actual o una notoria victoria del kirchnerismo corrupto y destructivo a través de la agrupación Fuerza Patria. Además, saltaron las alarmas cuando se detectó, en la primera parte del proceso, un desplome en la participación. Los centros de predicción electoral y las casas de apuestas comenzaron a tambalearse y a rebajar de una u otra forma las expectativas del anti-socialismo.
Ahora bien, a medida que fue avanzando el recuento, se logró contrarrestar a una izquierda hipermovilizada tras los comicios electorales de septiembre, en los que hubo bajadas significativas en el apoyo a Javier Milei (buena parte de la derecha, desanimada, pasotista o molesta por los señalamientos por corrupción). Además, con la colaboración de los sicarios políticos, geopolíticos y mediáticos, ha habido agitación callejera ante ciertos recortes de gasto superfluo (político y asistencialista) y el hecho de asumir que el sistema de pensiones argentino está quebrado.
En las elecciones presentes, con más del 94% escrutado para Diputados Nacionales y casi 92% para Senadores Nacionales, el mapa electoral muestra un claro predominio del color morado, que representa a la fuerza política más votada en la mayoría del país. Así pues, se pasa a tener una veintena de senadores y más de sesenta nuevos escaños en la Cámara Baja.
A media noche, se podía apreciar una depreciación del Tether USDT (criptodólar) respecto al peso argentino. Un retorno del kirchnerismo habría fomentado un masivo interés de argentinos en refugiarse, de cara a sus activos financieros, en stablecoins sólidas, en el oro y en otra clase de criptoactivos financieros como Bitcoin, Ethereum y Solana, muchísimo menos expuestos a una gran pérdida de valor derivada del retorno hiperinflacionario, de las expansiones artificiales y las aperturas de puertas a las confiscaciones y los «corralitos».
El indicador del riesgo país también disminuye considerablemente, lo cual hace improbable el incumplimiento de las obligaciones financieras que reduzcan el déficit presupuestario y el endeudamiento esclavizante que afectan a la economía argentina. De igual modo, se prevé una mejora de los tipos de interés ligada a unos buenos indicadores verdes en el mercado de valores.
Así pues, el inicial proyecto presupuestario no correría peligro, pudiendo salir adelante a finales de año. El plan impulsado por Javier Milei contempla un fuerte ajuste del gasto público en conceptos como el Bienestar del Estado, subsidios al transporte y la energía, transferencias a provincias y obras públicas, todo orientado a alcanzar un superávit primario del 1,5 % del PIB en 2026. En paralelo, el Gobierno plantea una simplificación del esquema impositivo, con la posible eliminación de tributos considerados distorsivos —como el impuesto PAIS—, buscando aliviar la carga sobre el sector privado.
De hecho, en base a los patrones macroeconómicos, es posible observar que ha habido ciertas mejoras en lo que a creación de empleo privado se refiere. En el último año, la pobreza argentina ha disminuido en más de veinte puntos mientras que se está cada vez más cerca de llegar al suelo en lo que a inflación se refiere (los indicadores rondaban los 300 puntos cuando Milei retornó). Además, la oferta inmobiliaria se ha disparado, lo que ha permitido que los precios del alquiler disminuyan notoriamente en las grandes ciudades.
Con lo cual, se puede decir que, contra todo pronóstico, los argentinos se han liberado de un bloqueo político que sirviese de catalizador para retornar a la destrucción de lo conseguido en el camino a la prosperidad de los argentinos. La operación Milei, con sus posibles imperfecciones, busca hacer de Argentina un país con individuos libres y sociedades prósperas, económicamente competitivas. E igualmente, se busca acabar con distintos focos delictivos, erradicar el adoctrinamiento «progre» en las escuelas y proteger al nasciturus.
Ergo, una derrota más para el Grupo de la Puebla, al que orgullosamente pertenece el régimen dictatorial posmoderno de Pedro Sánchez. Una nación hermana sigue alejada, a día de hoy, de esas garras social-comunistas de las que España debe de librarse lo antes posible.
2 respuestas
Me alegra lo de Argentina, sigue sorprendiéndome el éxito relativo de la izquierda después de su desempeño en gobiernos anteriores. También me resulta curioso que, con un censo de 46 millones, Argentina elija 127 diputados, mientras que España, con 49 millones, elige 350. Y sin contar el Senado, está claro que en políticos cobrando no nos gana nadie.
Lo vuelvo a comentar, creo que el «lobo» me tiene manía. Me alegra lo de Argentina, sigue sorprendiéndome el éxito relativo de la izquierda después de su desempeño en gobiernos anteriores. También me resulta curioso que, con un censo de 46 millones, Argentina elija 127 diputados, mientras que España, con 49 millones, elige 350. Y sin contar el Senado, está claro que en políticos cobrando no nos gana nadie.