Karolina Pawlowska: «Las raíces doctrinales del feminismo son muy peligrosas»

La amenaza revolucionaria que supone el feminismo (como componente de la totalitaria ideología de género), como bien sabemos, no solo es exclusiva de España y otros lares hispanos. Lo que viene a promoverse y reivindicarse cada 8 de marzo también tiene su relevancia en el continente.

La ola del marxismo cultural no entiende de frontera alguna. De hecho, instituciones supranacionales como la Unión Europea (articulada por un férreo consenso progre-socialdemócrata, y cada vez más sovietizada) y la Organización de las Naciones Unidas tratan de imponer todo esto a lo largo del bloque.

Esta cuestión requiere unir fuerzas, sin entender de fronteras geográficas. Por ello, en lo concerniente a este texto, se quiere poner el foco en el que no deja de ser uno de los bastiones de resistencia europeos contra el avance revolucionario y anticristiano.

Así, pues desde Navarra Confidencial, nos hemos puesto en contacto con el Instituto Ordo Iuris de Polonia, un centro jurídico católico cuya encargada de asuntos de Derecho Internacional, Karolina Pawlowska nos ha concedido una entrevista en exclusiva.

A continuación podrán leer el contenido de la entrevista.

Este 8 de marzo, van a organizar un encuentro que puede considerarse como el antagonista de lo que se entiende por la celebración del Día Internacional de las Mujeres. ¿Es el propósito de activismo político o, más bien, de discusión académica?

El propósito de nuestra conferencia es crear una plataforma donde se intercambien prácticas y otras preocupaciones sin ninguna carga ideológica, sin postulados radicales. Desafortunadamente, el término “derechos de las mujeres” es uno de los más instrumentalizados de nuestro tiempo.

A nivel internacional, siempre están utilizando el término “derechos de las mujeres” para imponer una agenda radical. Nosotros defendemos los verdaderos “derechos de las mujeres”.

En principio, nuestra convención será académica, dada la experiencia profesional de muchos de los ponentes. Empero, también hablaremos con líderes sociales y políticos. Por ello será, más bien, algo que pueda servir a estas personas de cara a la “discusión pública”.

¿Hay suficiente libertad de cátedra en las universidades polacas? En este momento, la mayoría social polaca es más bien conservadora, pero la élite académica es bastante progre e izquierdista.

Actualmente, en Polonia, existe cierta libertad para los académicos e investigadores que discrepan de esta agenda. No obstante, esto podría cambiar en un futuro dadas ciertas tendencias negativas. No solo los gobiernos nacionales sino entes internacionales como el Observatorio de Igualdad de Género de la ONU están implicados en ellos y purgan a los disidentes.

La situación está empeorando en Polonia. Debido a sus visiones, quienes desean ir por libre son atacados, como es el caso de nuestro compañero Tymoteusz Zych, que es miembro de la EESC y pretende ser purgado por oponerse a la ideología de género y el aborto (dada la presión de ciertos grupos LGTBI).

Según algunas entidades demoscópicas, a partir de este otoño, estaría revirtiéndose la tendencia de la juventud polaca a apoyar a formaciones de derechas (Ley y Justicia Confederación). Esto estaría relacionado con el movimiento abortista Strajk Kobiet. ¿Qué hay de cierto en esto?

Las dificultades para llegar a la gente joven se deben a la hegemonía izquierdista en la prensa y la cultura, llenas de elementos de izquierdismo radical (esto se puede ver en contenidos de streaming). Ellos están viviendo bajo un código cultural completamente diferente.

Por otro lado, los jóvenes, especialmente, los adolescentes, son muy emocionales, a mi juicio. La izquierda trata de explotar principalmente, en su propaganda, la cuestión más emotiva y sensacional, para manipular a la gente joven. Y la pandemia del COVID-19 está sirviendo como un disparador.

Por ejemplo, las protestas contra el fallo del Tribunal Constitucional del pasado 22 de octubre (prohibición del aborto eugenésico) fueron vistas por algunos jóvenes como una oportunidad para participar en algo que consideraban importante. Pero pensamos que muchos jóvenes no sabían sobre lo que se reivindicaba, sino que estaban siendo manipulados.

Así pues, nuestro reto es que puedan tener acceso a información objetiva y no manipulada.

¿Qué líneas estratégicas propondría para la acción tanto dentro como fuera de Polonia?

La izquierda ha creado la impresión de que la sociedad civil es izquierdista, pero esto no es cierto porque no representan a la mayoría. Empero actúan de manera organizada, con diferentes organizaciones y coaliciones, aunque los nombres sean los mismos en muchas ocasiones.

La cooperación y la unión son clave para tener éxito. Así podremos demostrar que representamos a la mayoría de la gente, organizando diferentes plataformas y redes de intercambio. Hay que conseguir mayor visibilidad, siendo más difícil acabar con una red de asociaciones unidas.

Hay que centrarse en los aspectos culturales, pero también importan la consolidación y la financiación.

¿Cree usted que es necesario distinguir entre un feminismo bueno o uno malo, o más bien, insistir en que se trata de una ideología revolucionaria?

Cuando miramos las raíces doctrinales del feminismo o cualquier ismo modernista, observamos que comparten las mismas peligrosidades, los mismos criterios modernistas sobre los seres humanos y las comunidades.

Se pretende sugerir que existe un antagonismo entre el hombre y la mujer, lo cual es falso. Y hay que tener cuidado con los distintos tipos de feminismo pues hay fases dialécticas con cierta similaridad.

Algunas activistas del siglo XX reivindicaban los “derechos de las mujeres” por una parte, pero por otro lado, eran muy críticas con cuestiones como el aborto. Por ello hay que distinguir entre postulados individuales y el feminismo en su conjunto.

Mucha gente piensa que durante muchos siglos las mujeres estaban privadas de muchos derechos, pero también bastantes hombres han reivindicado lo que se considera bajo el término modernista de “derechos civiles”.

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