Salvador Gutiérrez, presidente de Bilaketa, está dolido porque Gobierno de Navarra les ha disminuido considerablemente la subvención para sus actividades literarias, concursos entre ellas.
No hay mal que por bien no venga: los literatos galardonados tendrán el honor de recibir el premio de un mecenas que, a última hora, ha donado una cantidad ala asociación. Lacrisis tiene estas cosas buenas: que despierta las conciencias. Quien tiene un sobrante decide, viendo la miseria en que andan los poetas, poner algo más que un parche. El gran legado de arte occidental ha vivido en muchas ocasiones gracias a eso.
También nos podemos plantear hasta qué punto hay que subvencionar los concursos literarios. El caso de la poesía es el género en que mejor se observa el divorcio entre creadores y público. La verdad es que apenas conozco algún poeta galardonado que se lea. Dirán que no se lee poesía por el gran público, pero también se podría decir que los poetas no consiguen dar con la fórmula de vender su poesía.
Más alláde MiguelD’Ors, que es un poeta estupendo, de los que hacen llorar (excepto cuando escribe esos poemas ortodoxos comprometidos, que no emocionan nada), yo, humilde lector de poesía contemporánea, no he logrado dejarme atraparme por muchos más. Un lector conspicuo de poesía tendrá algunos más nombres que aconsejar, que este humilde -pordiosero- lector de poesía contemporánea. Lo que no es tan fácil es encontrar a esos lectores.
Intuyo que los concursos han alentado a poetas comprometidos con la originalidad, con la vanguardia o, quién sabe, con el arte nuevo de ganar concursos. Y así es que aburren a un muerto. Dicho sea sin ánimo de ofender, porque no se me ocurrirá decir nombres. Por eso no estoy muy de acuerdo con Salvador, hombre -por otra parte- cordial y altruista donde los haya. Tenemos mucha obsesión en esta tierra por llevar el nombre de Navarra allende las mugas.
La poesía en España ya es casi nada: un circuito de concursos, unos nombres demasiado encumbrados y una masa enorme de lectores que si leen poesía es para acudir a mediados del XX y seguir hacia atrás. Ahora que se están quedando sin subvenciones a lo mejor empiezan a abrirse entre el público los buenos de verdad.