Este año es distinto. De una parte, los PGE son ya tan identificados por su previsión de ingresos como por la de gastos. La causa es que contienen una parte sustancial del aumento de impuestos que Zapatero nos va a atizar a los ciudadanos, tres meses después de decirle a Concha García Campoy en entrevista televisiva que no los pensaba subir. El presidente miente por costumbre y no pasa nada. La otra peculiaridad de los PGE es que para Navarra debieran contemplar los efectos del convenio firmado por José Blanco para la construcción de la Línea de Alta Velocidad que conecte Navarra con el resto de la red. Sanz y Blanco, compadres, decían hace poco más de cuatro meses que la construcción del corredor ferroviario de alta velocidad Pamplona-Zaragoza era una obra que permitiría el "avance" de Navarra gracias a la "concertación". Miguel Sanz agradecía "especialmente su presencia" a Blanco, de quien dijo que es "un hombre de palabra" que "siempre contará con mi respeto y consideración", único responsable del "desbloqueo" de los problemas que "hasta ahora, pese a existir un compromiso, habían retrasado la puesta en marcha del proyecto". En el Protocolo que firmaron los compadres se especificaba que la Comunidad Foral adelantará con cargo a sus presupuestos la construcción del tramo vertebral navarro, y Fomento llevará la línea desde Zaragoza hasta Castejón, imprescindible para conectar nuestra vía con la red general (y, obvio es decirlo, ¡que puedan pasar los trenes por ella!).
Los PGE de 2010 muestran lo que vale la palabra de Blanco, el compadre de Sanz. Y también lo que vale la palabra de Sanz, el compadre de Blanco. El ministro ha eliminado de un plumazo la línea presupuestaria que da soporte a la construcción de lo que se comprometió a hacer. Sin paliativos. Ni en la sección de Navarra ni en la de Aragón aparece el presupuesto necesario. Tan sólo una cantidad (sumando Navarra y Aragón) de 1,2 millones para 2010 y 0,4 para el 2011, que además desaparece a partir de ahí. Ni siquiera sufragaría lo que vale el estudio de las expropiaciones de terreno afectado. En los PGE de 2009 las cantidades eran también escasas, pero al menos se prolongaban hasta el 2012. Ahora quedan rotundamente eliminadas. La mentira y el descaro de Blanco, negro sobre blanco.
Pero los PGE 2010 son, por añadidura, los de la subida de impuestos. De momento, el IVA y la deducción de los 400 euros, que directamente repercuten sobre la clase media española y navarra. A los navarros, al menos nos costará 150 millones de euros, de momento. Dice Sanz que su partido no es partidario de subir los impuestos. Lo dice quien ordenó votar favorablemente el decreto que en junio incrementó los impuestos de las gasolinas (calculando a la baja, 40 millones para las economías familiares navarras), y quien tiene ya pactado su voto complaciente para los nuevos presupuestos.
Sanz y Blanco, compadres unidos (entre otras cosas) por la mentira.
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Santiago Cervera