Resulta obligado realizar un análisis del resultado de las elecciones vascas desde la proximidad de Navarra, y analizar si la euforia que ha entrado a los analistas de los medios de comunicación que desean un cambio de gobierno vasco, se corresponde con la realidad. Vamos por partes.
El tripartito vasco (44% de los votos) tenía 32 escaños (PNV 22, EA 7, EB 3), hoy (46%) tiene 33 escaños (PNV 30, EA 2, EB 1). No ha bajado en apoyos, luego la imposibilidad de hacer gobierno es por la ausencia de los filo etarras en quienes se apoyaba. También se desprende que el voto nacionalista huye de planteamientos radicales de independentzia y se acoge al sucedáneo de” mas autogobierno”.
El independentismo radical se queda representado por EA muy disminuido, y en Aralar (del 2,33% al 6,05%) que ha tomado 32.000 votos de las “nekanes”, con lo que los nacionalistas no terroristas con representación han pasado del 46,33% al 52,05%; sin embargo la distribución por las tres provincias hace que el numero de escaños separatistas hayan quedado reducidos a 37 escaños o sea al 49% de los escaños del Parlamento.
No se puede acertar en el análisis si no se considera qué ha pasado con los 9 escaños y 150,000 votos de los filo etarras. No se han podido presentar pero han estado presentes con el voto nulo activo y dirigido, recogiendo 100.924, superando el 9%. Si estos votos hubieran jugado a la democracia habrían tenido el efecto de recoger unos 6 escaños, que habría que reducir posiblemente un escaño de cada uno de UPyD, EA, EB, PP, Aralar y PSOE,. En tal situación virtual, el independentismo habría quedado entre PNV, Aralar y filo etarras con 38 escaños.
El PP no ha quedado bien parado electoralmente que ha pasado del 17% al 14% con una perdida de 65.670 votos, lo que no es para estar satisfecho, sobre todo por el aislamiento a que esta sometido, no solo por los separatistas sino por el partido nacional en el poder. El PSOE sí ha sido un vencedor relativo, pasando del 23% al 30% con una ganancia de 41,346 votos. Al fin UpyD con 22.002. Los constitucionalistas no han mejorado.
De esta simple observación parece concluirse que la sociedad vasca no ha cambiado nada, sigue con un mayoría nacionalista algo mas moderada, moderación que vendrá obligada por la ausencia de los filo etarras que han condicionado la política del Sr. Ibarretxe los últimos años, que ha acosado al Estado y a Navarra continuamente.
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José Javier Viñes