La Cuenca de Pamplona debería constituir una unidad coherente de servicios y organismos, en lugar de depender de diferentes comarcas, merindades y partidos judiciales según el municipio. Es razonable hacer concesiones en algunos ámbitos administrativos, pero no en otros tan sensibles y cotidianos como el acceso a la justicia.
No resulta aceptable que, por el mero hecho de que determinados ayuntamientos de la Cuenca pertenezcan a la merindad de Aoiz o a la de Estella, sus vecinos tengan que desplazarse a esos juzgados en lugar de acudir al de Pamplona. La actual coincidencia territorial entre merindades y partidos judiciales no puede mantenerse de forma acrítica cuando entra en conflicto con realidades territoriales y sociales mucho más funcionales como la Cuenca de Pamplona.
Preservar tradiciones administrativas medievales puede ser positivo, pero no a costa de la eficiencia, la lógica territorial ni la comodidad de la ciudadanía.

La realidad urbana: Pamplona y su entorno inmediato
Casos como Sarriguren (Valle de Egüés) y Mutilva (Valle de Aranguren) son paradigmáticos. Ambos municipios han lindado históricamente con el término municipal de Pamplona, pero hoy esa cercanía es también urbana y física: sus cascos urbanos tocan literalmente con el de la capital.
Siempre han estado mucho más vinculados a Pamplona que a Aoiz, y desde hace más de una década esa relación es evidente a simple vista. Sin embargo, en el ámbito judicial continúan dependiendo de partidos que no reflejan su realidad cotidiana.
La Cuenca como unidad administrativa integral
Es necesario avanzar hacia una Cuenca de Pamplona plenamente integrada en todos los aspectos posibles, y especialmente en el jurídico. Si las merindades y partidos judiciales son estructuras antiguas, la Cuenca de Pamplona no lo es menos: es una realidad histórica, social y territorial con siglos de existencia.
Hoy en día, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ya presta servicios esenciales como:
- Recogida de residuos
- Abastecimiento y saneamiento de aguas
- Transporte público
Además, muchos municipios situados más allá de la Cuenca histórica —como Anué, Ulzama, Puente la Reina o Monreal— están adheridos a algunos de estos servicios.
La propia Mancomunidad ha propuesto modelos de adhesión por grados, similares a capas de una cebolla:
- Un núcleo central con coordinación plena.
- Otros municipios con menor nivel de vinculación y compromiso.
Este enfoque permitiría que los ayuntamientos de la Cuenca histórica coordinaran de forma integral cuestiones clave como:
- Oferta de empleo público local.
- Planificación de vivienda y equipamientos dotacionales.
- Prevención del caciquismo, las duplicidades y el urbanismo desordenado.
Seguridad y policía local: una oportunidad clara
Ayuntamientos como la Cendea de Cizur, Cendea de Olza, Cendea de Galar, Valle de Elorz, Orcoyen, Berrioplano, Valle de Aranguren y Beriáin cuentan únicamente con alguaciles, sin cuerpos de policía local operativos.
Esto abre la puerta a una policía local mancomunada de la Cuenca de Pamplona, capaz de actuar en todo el ámbito comarcal, mejorando la seguridad, reduciendo costes y aumentando la eficacia del servicio.
Ayuntamientos que deberían integrarse en el partido judicial de Pamplona
Aunque la mayor parte de la Cuenca ya pertenece a la merindad y partido judicial de Pamplona, existen excepciones difíciles de justificar:
Actualmente fuera del partido judicial de Pamplona
- Valle de Goñi (merindad y partido judicial de Estella).
- Burlada
- Huarte
- Valle de Egüés
- Valle de Aranguren
- Valle de Elorz
- Tiebas-Muruarte de Reta
(todos ellos en la merindad y partido judicial de Aoiz).
Además, aunque no forme parte estricta de la Cuenca, el Valle de Esteríbar debería integrarse en el partido judicial de Pamplona, ya que el juzgado de Aoiz le resulta mucho más incómodo en términos de accesibilidad. No en vano, históricamente se ha considerado a Esteríbar como parte de la Cuenca de Pamplona.
Incluso el Valle de Erro podría haber seguido ese mismo camino si hubiera contado con una conexión viaria adecuada con la capital.
Un cambio demográfico que exige nuevas soluciones
En siglos pasados tenía sentido que las merindades fueran de tamaño similar: Pamplona no tenía una población significativamente mayor que otras cabeceras. Pero hoy la realidad es radicalmente distinta.
La aparición de la ciudad dormitorio, el crecimiento metropolitano y la concentración de servicios han cambiado por completo la lógica territorial. Mantener estructuras pensadas para otro contexto histórico genera ineficiencias y agravios innecesarios.
Precedentes y problemas actuales
Existe además un precedente claro: en 1989 Burlada pasó oficialmente del partido judicial de Aoiz al de Pamplona. Sin embargo, todavía hoy algunos trámites siguen remitiendo a Aoiz, y en numerosos mapas oficiales y oficiosos —incluidos los del Gobierno de Navarra o Wikipedia— Burlada continúa apareciendo fuera del partido judicial de Pamplona.
Esto demuestra que el problema no es solo jurídico, sino también administrativo, cartográfico y político.
Los tres ámbitos de cercanía a Pamplona
Dentro de la Cuenca pueden distinguirse tres niveles de vinculación con la capital:
1. Continuo urbano
Municipios donde la ciudad no termina físicamente, sino solo administrativamente: calle con calle, bloque con bloque.
2. El “cocinado” de Pamplona
Según el Vocabulario Navarro, el cocinado es la zona hasta donde puede llegar la comida guisada desde la ciudad. En el caso de Pamplona incluía históricamente, entre otros:
Escaba, Villava, Olaz Menor y Mayor, Sarriguren, Mutilva, Cordovilla, Cizur Menor, Barañáin, Orcoyen, Berriozar, Burlada y Huarte.
Resulta llamativo que en la zonificación de 2000 se excluyera a Ezcabarte y Olaibar de la Cuenca, cuando Ezcabarte, a través de Villava, forma prácticamente parte del continuo urbano pamplonés.
3. El resto de la Cuenca de Pamplona
Incluyendo incluso el sur del Valle de Esteríbar (Olloqui, Arleta, Zabaldica e Iroz), frecuentemente considerado parte de la Cuenca.
Conclusión
Más allá de la Cuenca existen municipios adheridos a determinados servicios metropolitanos, pero la Cuenca de Pamplona debe ser la unidad básica, indivisible y central sobre la que se articulen esas adhesiones.
La flexibilidad es posible hacia fuera, pero lo que no es razonable es obligar a la ciudadanía de la Cuenca —cuenca, no conquense— a desplazarse fuera de su propia comarca para trámites esenciales como los judiciales.
Por su historia milenaria, su realidad urbana y su peso demográfico, la Cuenca de Pamplona debe estar plenamente unida institucionalmente, empezando por un único partido judicial con sede en Pamplona.