Que, de hecho existe en nuestro código penal pero tal y como lo escribió Napoleón – en unos términos absolutamente trasnochados.
Necesitaremos, al menos dos generaciones de Españoles –en esto no hay nacionalismos- , muchos de ellos hoy inocentes niños, sin culpa ninguna; para pagar –si todo va bien- la deuda en la que nos han metido una casta de aprovechados que nos han situado, a los demás –ellos siguen cobrando- en uno de los momentos de mayor debilidad económica en la historia reciente de esta nación. Señores de dudosa moralidad que, por poner un ejemplo, mientras cobraban abundantes dietas e incentivos y gestionaban las cajas como negocios propios –confusión entre sus intereses y los de la caja- las han arruinado absolutamente –dinero de todos.
Dios quiera que no tengamos que defendernos de una agresión externa, o que no nos ocurra una desgracia, emergencia nacional, de cualquier tipo, por que no tenemos dinero para nada –ni para vendas- (Importantes laboratorios internacionales como La Roche se están planteando ya no vender a los hospitales Españoles –a los griegos ya no les venden).
Es vergonzoso ver como los máximos responsables de la política económica nacional han contemplado con pasividad –son profesionales- como se incrementaba el déficit de cuenta corriente Español, hasta alcanzar el segundo mayor nivel del mundo en términos absolutos*.
Fue, también, muy triste de contemplar como cuando estallo la crisis los señores socialistas la negaron y la única receta que les sacó de su insultante pasividad fue destinar 10.000 millones de euros a los ayuntamientos para ser empleados en obras absurdas – ¿cambiar aceras? Mientras, nos ocultaban, por todos sus medios –son muchos-, como el pueblo Islandés sometía a su anterior Primer Ministro para elucidar su papel en la crisis financiera que arruino a aquel pequeño país durante generaciones –Con detenciones en Londres y Paris, y fuga de responsables públicos, al mas duro estilo de película de James Boom.
Es vergonzoso el observar como abundantes alcaldes –Sin formación, ni la mas minima preparación-, proceden a hipotecar las arcas municipales, de los pueblos y ciudades de España, y a endeudar a las empresas mixtas, o prostituir la contabilidad municipal; adelantando pagos a servicios futuros y otros trucos financieros que serian de responsabilidad civil y penal en el mundo empresarial normal –no público. … Ruina, esta, que arrastraran estos municipios durante años.Y nadie, ni en su partido, ni fuera de el, le pide ninguna explicación al responsable. Se pagara la deuda durante generaciones por todos los ciudadanos –incluso los nonatos- y punto. Todo ello en un inusitado y disciplinado –“Silencio de los corderos” al que nos vemos abocados los ciudadanos en estos despotismos cuatrienales.
Todos estos gestores públicos se han beneficiado de un perverso sistema de incentivos en su toma de decisiones; donde el activo les beneficia –en dinero- y el pasivo se socializa –lo bueno para mí, lo malo para todos.
A nivel estatal se ha llevado a cavo una recaudación tan grandiosa –vía IVA inmobiliario- como no se ha dado en la historia en ningún país del orbe. Se han comido el, grandioso y gigantesco, IVA inmobiliario de los próximos veinte años –hipotecas escrituradas a veinte años que se paga, siempre, el IVA por adelantado- y no han tenido suficiente. Téngase en cuenta que España ha sido, durante algún tiempo uno de los países del mundo que mas cemento ha consumido –a la altura de China o de Estados Unidos. Nadie pide que le devuelvan el IVA pagado por una vivienda que ahora vale la mitad; Porque, estos déspotas tienen a los ciudadanos -entre la ley antitabaco, la velocidad limitada en vehículos, la ingesta de alcohol y una larga lista de prohibiciones- entre amedrentados y acoj.
Pero “La Gran Bestia de la Administración Publica” se lo traga todo inmisericordemente y, ahora, ya, necesita más dinero. Ya se esta empezando a sufrir, por parte de la ciudadanía, un endurecimiento de la presión recaudatoria por parte de nuestras administraciones y entidades financieras. Algo que puede llegar a cuotas dramáticas para muchas familias de nuestro entorno social.
La única solución valida, a futuro, contra estas tropelías seria reformular el código penal añadiendo un supuesto adicional al arcaico “Delito de Traición” –definido hoy, por hoy, en nuestro código bajo unos muy trasnochados parámetros Napoleónicos.
De manera que si en consecuencia de una nefasta gestión política, o alocada gestión bancaria, resultase endeudamiento público, que ponga en riesgo la solvencia Municipal, autonómica o nacional; el político o gestor sea reo de “traición”. Como consecuencia de lo cual y en el caso de ser probado podría acabar, el personaje en cuestión, en la cárcel y con sus bienes intervenidos –como cualquier otro ser humano que es intervenido por la función publica. (Ayuntamientos, consejerias, o ministerios) -si lo quieren comprobar, dejen de pagar cualquier impuesto municipal; por ejemplo.
A lo mejor así acabaríamos con estos bochornosos y dramáticos espectáculos y se proveerían nuestros responsables públicos de una adecuada y sólida capa de responsabilidad. Alo mejor así dejaban de presentarse a las elecciones toda esa fauna de personajes sin ninguna preparación y empezaban a cogerle un poco mas de respeto al pueblo y a la gestión pública ¿No creen? Pero díganme: ¿quien tira piedras contra su propio tejado?
Dicen que las fortunas europeas –de fuera de aquí- han pedido que les pongan más impuestos, en un ejercicio de solidaridad y sacrificio encomiable.
¿Creen ustedes que, después de la que ha caído, estaría justificado que nuestros partidos políticos demandaran la reformulación de nuestro código penal, en los términos descritos más arriba? ¿Y en este caso creen ustedes que ellos dedicarían esfuerzos a esa labor y que la terminarían llevando a cavo?
Contesto yo: “Caballo viejo no aprende trote nuevo” y, también, “Ojo con la lumbre: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”
* Ignacio De La Torre -IE Business School-, en El Confidencial.
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