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Está claro que vivimos en unos tiempos convulsos, la crisis económica ha alcanzado unas grandes proporciones por nadie esperadas ni vaticinadas, también han aflorado muchas debilidades que teníamos pero que no las veiamos en los pasados años de abundancia y despilfarro. En sucesivos post, abordaremos estas problemáticas y cómo pensamos encontrar caminos de avance.
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En España todavía padecemos las ofensivas del moribundo gobierno ZP, con su continuo zigzag en lo económico, su alocamiento en lo político, y sus posiciones relativistas en lo moral. La crisis ha barrido las posturas socialdemócratas en la mayoría de los países europeos. Muchos desconfiamos que de ellas puedan venir las soluciones para: la inmigración, la crisis económica, la fragilidad del estado del bienestar, el choque con el Islam más radical, la crisis moral. La supervivencia de España está puesta a prueba con: el despilfarro de las autonomías, los nacionalismos disgregadores, el mal tratamiento de los terrorismos, la errática política exterior, el aborto como derecho y el intento de cambio de costumbres.
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Desde la tradición y la libertad, podemos comprender lo pernicioso que es para todos el aumento continuo de las administraciones, por su gigantismo y su elevado coste. Nuestros políticos pastorean presupuestos impresionantes, son responsables de la financiación de una gran parte del PIB, detentando un poder que nunca tuvieron antes sus predecesores. Cada vez que aumenta el presupuesto, con él aumentan su influencia. Cada vez importamos menos como personas, y sí más como contribuyentes, por lo que el alejamiento de los políticos de sus representados es cada vez más evidente.
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La brecha entre el discurso político oficial, y la realidad es más amplia se agranda en la mayoría de las sociedades avanzadas. Necesitamos políticas a largo plazo, y debemos plantear batallas por las ideas en el seno de la sociedad, impulsar el debate para lograr el necesario cambio de mentalidad, para intentar más tarde si se puede un consenso amplio en la sociedad. Los temas de fondo no los debemos abandonar al ámbito exclusivamente político, pensando que los políticos nos saquen las castañas del fuego, lo correcto es que desde asociaciones civiles, desde la propia sociedad se planteen los temas importantes de debate, previamente a que se planteen en el plano estrictamente político, que siempre está demasiado centrado en el corto plazo. Quizás el movimiento del primer 15M apunte en este sentido.
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Los políticos deben recuperar la mesura, la austeridad, y el buen hacer como guía de su actuación. La crítica también afecta a la derecha política y económica, que está centrada exclusivamente en cuestiones de poder. No les importa tanto la defensa de los valores, ellos no pretenden cambiar nada, se adecuan a las distintas situaciones políticas, tan solo parecen aspiran a regentar en lo posible los presupuestos, no difiriendo mucho de los socialdemócratas de izquierdas, practican una socialdemocracia de derechas, de la que incluso se vanaglorian.
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Desde de la razón analizamos el comportamiento humano, esa es nuestra tradición europea, desde los griegos, los escolásticos, los racionalistas. Para entender los tiempos en que nos ha tocado vivir, sufrir y disfrutar, partimos de que hay que defender la tradición y vemos que hoy existe una fuerte tendencia a relegarla. No tengo buena opinión de los individuos aisladamente, pero considero que la especie humana por necesidad es sabia, ha necesitado siempre actuar en un mundo complicado. No olvidamos que el mundo nunca podrá ser perfecto, y los humanos nunca podremos conseguir la felicidad completa en la tierra. Los problemas económicos se entremezclan con los problemas políticos, y los problemas políticos con los problemas éticos, y éstos con los problemas religiosos, así comprobamos que existe en la vida una jerarquía de problemas, y por ende debemos tener una jerarquía de valores para entenderlos e intentar superarlos. Muchos parecen olvidar estas cosas obvias.