Dentro de la Península Ibérica existió un ejemplo de anarquía ordenada, entendiéndose como una ausencia de poder centralizado, pero no de autoridad como entienden los izquierdistas. Se trataba del Coto Mixto, un territorio que evadió tanto el control portugués como el español desde el 1143 hasta el 1868. Se situaba en la cuenca intermedia del río Salas, ocupaba 30 kilómetros cuadrados y pertenecía a la diócesis de Orense.
Los 1000 habitantes (1864) del Coto Mixto no tenían rey ni señor feudal y mantuvieron ciertos privilegios históricos. Se estructura podía considerarse anárquica, ya que el alcalde, llamado Juez, era elegido por cada cabeza de familia cada 3 años en una asamblea, y era auxiliado por 3 hombres de las 3 aldeas del Coto Mixto. Funcionaba parecido a una comunidad de vecinos actual, donde los diferentes vecinos eligen cada cierto tiempo a un gestor. Las leyes no eran más que costumbres inmemorables no escritas que todos conocían, sin alejarse de la ley natural escrita en nuestros corazones por Dios.
Consiguieron mantener durante 7 siglos unos derechos históricos como la libre elección de ciudadanía según su propio beneficio o las exenciones de impuestos y de servicio militar. Ninguna fuerza de seguridad tenía jurisprudencia sobre la zona y nadie podía ser detenido ni privado de sus riquezas dentro del coto, aunque los mixtos sí entregaban a los extranjeros acusados de asesinato si había pruebas. También contaban con derecho de asilo y libertad de cultivo, cultivando tabaco, que era un monopolio estatal en España, y practicando un libre comercio total gracias al “Camiño Privilegiado”, una ruta comercial libre que recorría todo el Coto Mixto e impedía la imposición de aranceles.
No hay constancia de que sociedad libre de Coto Mixto tuviese mayores cifras de crímenes que España o Portugal, desmontando uno de los principales mitos del Estado, la seguridad. También eran católicos y respetaban las tradiciones además de colaborar todos al Bien Común, por lo no se necesita un Estado que vele por la moralidad. Por último, la sociedad anárquica fue estable durante 7 siglos y no entró en ningún conflicto, desmontando también que el Estado sea el único que pueda mantener la paz y la estabilidad. Aunque entiendo que el lector pregunte, ¿y por qué cayó?
El motivo es que el gobierno liberal de Isabel II vio en Coto Mixto un problema ideológico para sus aspiraciones homogeneizadoras e igualitaristas, por lo que empezaron una campaña de desprestigio en nombre de la seguridad nacional diciendo que los mixtos favorecían el contrabando y, con ello, el crimen. Tras ello, decidieron repartirse ese territorio entre España y Portugal con el Tratado de Versalles de 1864, sin tener en cuenta a los mixtos y viéndose obligados aquellos a ceder en 1868.
Después de conocer el Coto Mixto, se plantean varias dudas. ¿Puede funcionar un sistema anárquico ordenado? Perfectamente, ya que es el verdadero sistema natural de organización humana, basado en la ley natural. ¿Puede subsistir en el tiempo? Pues se debería tener en cuenta que el Coto Mixto subsistió por derechos históricos feudales, que ya no existen a nivel de región, y por la pasividad de las autoridades españolas y portuguesas. Cuando estas quisieron, firmaron un tratado que los mixtos no podían combatir militarmente y acabaron con todo derecho histórico, al igual que en cualquier momento un gobierno puede cargarse la Constitución de su nación.
La solución ideal de dividir Europa y España en miles de unidades políticas como el Coto Mixto y ningún microestado más grande que Liechtenstein pasaría por intentar buscar esos derechos históricos y ganarse el apoyo de los ciudadanos de las naciones próximas. Solamente sería posible una secesión anárquica en el caso de que la mayoría de los vecinos exteriores apoyasen la causa y no legitimaran el ataque militar de su Estado, en el caso del Coto Mixto sería conseguir primero la simpatía de españoles y portugueses antes que la secesión. He de decir que no estoy mencionando la ONU, UE y toda la burocracia supranacional que dificultaría cualquier proceso. Pero, está claro que, sin esa victoria en la batalla cultural, el resto será imposible y cualquier idea secesionista y anárquica será aplastada mediante el uso desproporcionado de la fuerza.
Por último, por si al lector le apetece informarse voy a nombrar otros ejemplos históricos de sociedades anárquicas y ordenadas, es decir, que no eran Mad Max: Oeste americano (siglo XIX), Irlanda celta (650-1650), Mancomunidad islandesa (930-1262), Rhode Island (1636-1648), Albemarle (1640-1663), Pennsylvania (1681-1690) y Cospaia (1440-1826).
PD: Toda la información la documentó el Juez Delfín Brandón en sus memorias (Brandón, Delfín. 1907. Interesante historieta del Coto Mixto: con una digresión político-social-religiosa), que asumió el puesto en 1863 intentando limitar los abusos de poder españoles y portugueses y tuvo que dimitir con la inminente firma del tratado que acabó con la experiencia anárquica gallega.
