¿Verdad que no tiene nada que ver una cosa con la otra? Pues me resulta llamativo el empeño que los estetas (o anti-estetas) del vasquismo cultural -especialmente en Navarra- tienen por embadurnar de formas zafias la nobilísima tradición cultural vasca. No es que lo superpongan casualmente. Es que a veces parecen empeñados en identificar vasco con maleducado. La preponderancia anti-cultural de los modistas "borrokas" no se limita al "palestino" ni a las franjas lila. Que conste que esas formas de vestir, estilo montañero urbano, no me parecen lo más criticable. Mucho peor es la pobreza de registros que enseñan a las nuevas generaciones de W (vascos y vascas) en materia de urbanidad, cortesía, expresión verbal, etc. En este sentido las caricaturas al estilo de "vaya semanita" son más sociológicas que caricaturescas. Yo entiendo que si uno no suele hablar en romance porque es un bertsolari de caserío inaccesible tenga alguna que otra dificultad para traducir sobre la marcha toda la poesía de que es capaz. Pero eso no quiere decir que uno se convierta en orco sólamente por hablar (y pensar) en otra lengua. Esa pose artificial que exhiben muchos neovascos urbanitas, como de sindicalista acampado, o de feministo coleguil, o de cubano castrista; esa ausencia de matices; esa brusquedad que más que franqueza es guturalidad me mosquean y hasta sorprenden a veces porque no tienen nada que ver con la sencillez del paisano euskaldunzarra de carne y hueso. Hacían el idiota, ciertamente, los negurianos que imitaban a los ingleses snobs como si, objetivamente, fuera mejor un bombín que una boina. Pero es que ahora se han pasado por el otro extremo.
No creo que a estas alturas vayan a tener muy en cuenta mis consejos los ideólogos de las ikastolas pero estoy seguro de que más de uno me comprende y se preocupa. Desde la defensa que siempre he hecho del vascuence y de la cultura vasca me atrevo a animarles a que traten de proponer actitudes un poco más naturales, y más abiertas. Y que dejen al carbonero gordico para la nochebuena pero que no lo traten como si fuera un académico.
Jerónimo Erro