Por qué estamos como estamos. O por qué resulta tan complicada y tan poco democrática la elección del Gobierno de Navarra.

Pues creo que para explicarlo tenemos que volver la vista al momento histórico – la "Transición"- en que se definió el sistema actual. A lo mejor es que esta democracia de partidos que "disfrutamos" es demasiado perfecta. El caso es que la elección de los miembros del Gobierno (o Diputación Foral de Navarra) se ha vuelto demasiado complicada y ya se sabe: cuanto más complicado, menos democrático, y más fácil de manipular a espaldas de la gente. Por si alguien acaba de llegar le cuento:

1. Primero los partidos políticos eligen sus cargos internos entre los que está el comité de listas electorales.

2. En segundo lugar esos comités, dentro de cada partido, eligen a sus candidatos. 

3. Luego cada navarro votante elige una lista (cerrada) de un partido de entre todas las que se hayan presentado.

4. Después los parlamentarios electos eligen un Presidente.

5. Y por último el Presidente elige a los miembros del Gobierno.

Como pueden ver hay nada menos que cinco elecciones sucesivas. Y eso sin contar con las negociaciones, tiras y aflojas, conciliábulos y reuniones más o menos secretas (muy poco democráticas) que se suelen producir tanto para la constitución de coaliciones pre-electorales como para las alianzas post-electorales. 

 

La gente pesimista, aun reconociendo el problema, no se atreve siquiera a imaginar otro panorama posible. Pero resulta que hace 25 años se decidió (decidieron los diputados Jaime Ignacio del Burgo y Gabriel Urralburu) instaurar el sistema actual en detrimento de otras opciones diciendo que la suya era la única forma posible de democratización. Esas otras opciones, resumiendo, consistían en mantener como peculiaridad propia de la foralidad de Navarra el poder decisivo de los ayuntamientos y de las merindades. El sistema alternativo que no dejaron desarrollar, y uno de cuyos mayores defensores fue el fundador de UPN Jesús Aizpún,  sólo tenía dos pasos:

1. Primero los vecinos elegirían a sus concejales y a sus "parlamentarios" por merindades.

2. Luego los concejales y los parlamentarios, por merindades, nombrarían a los miembros de la Diputación (o Gobierno de Navarra).

De este sistema se podrá decir que es descentralizador, no-presidencialista, y no-partitocrático. Pero ¿no les parece que tiene una pinta realmente más sencilla, más directa, y más democrática?

 

Jerónimo Erro

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