Es que nos lo ponen a huevo. Los titulares que está consiguiendo últimamente la gente nafarroista los presenta como un grupo más volteriano que vasquista. Más anticatólico que provasco. ¿Es eso lo que quieren? No creo que haga falta enumerar muchos argumentos para demostrar lo ridículo de esa exigencia inquisitorial de prohibir, excluir, marginar, censurar o reprimir las celebraciones religiosas en las fiestas de Ansoain (vísperas y misas, principalmente). San Cosme y San Damián quedarían fuera del programa de su pueblo, Ansoain, si por los de nafarroaguay fuera. Por esa regla de tres, apelando al laicismo más estricto tampoco habría lugar en las fiestas -no se hagan ilusiones- para esos otros cultos religiosos aunque no espirituales que son la ikurriñolatría, el olentzerismo o el zanpanzariato. ¿Por qué van a ser menos religiosos el batúa y la chalaparta que el latín y el órgano? Si eliminamos cierta religión (la verdadera, además) por ser religiosa acabaremos eliminando todo lo que huela a creencia. Y nos quedaremos sin nada. O con nada, mejor dicho. Nihilistas perdidos.
Jerónimo Erro