Atención a la paradoja. Los que quieren imponer una asignatura para enseñar tolerancia, diálogo y ciudadanía son los que menos respeto demuestran hacia los que no quieren esa asignatura. Son los que no dialogan. Ya no sé cuál es su problema. No se si es que quieren que los niños estudien lo que ellos nunca estudiaron, o si es que recibieron tan sabia educación que por eso son ahora los mejores maestros.
Respecto a la ciudadanía, todo el mundo reconoce que los católicos, que son quienes se están oponiendo a la EpC, son los mejores ciudadanos, los que más pagan, los que más hijos aportan al futuro, los que menos problemas causan al Estado. Y mire Vd. si lo reconocen que hasta la ministra de educación, para justificar el fracaso escolar que invade de forma desproporcionada la ineficiente escuela pública dice que es que los niños de la escuela privada, como son más ricos y están mejor educados, pues que por eso fracasan menos. Claro que también pudiera ser que son más ricos porque tienen familias más estables, o que sencillamente ven menos la tele, pero claro, no pidamos demasiado a la ministra.
En cuanto a las familias budistas, esas que pagan 20 euros en Barcelona por ver cómo el Dalai Lama le hace el juego al gobierno, ya veremos qué pasa. No creo que sean tan intolerantes con ellos cuando se animen a objetar contra la gimnasia para exigir yoga.
Por cierto ¿se han fijado que no he mencionado a Navarra ni al Consejero de Educación para comentar este asunto? ¡Qué raro…! ¿no?
Jerónimo Erro