La verdad es que ellos no controlan ni la crisis ni la gripe ni el cambio climatico ni ninguna de esas grandes cosas que antiguamente quedaban bajo la jurisdicción del totem de la tribu. Y sin embargo todos sus esfuerzos van encaminados a eso, a convencernos de que ellos controlan, que ellos pueden, que ellos nos van a salvar, nos van a proteger, nos van a arropar. Ellos, después de sangrarnos el bolsillo, se creen armados con recursos suficientes para superar cualquier crisis a base de inyectar millones, para sortear cualquier pandemia a base de inyectar medicina, para cambiar el cambio climático a golpe de real decreto. ¿Y quiénes son ellos? ¿Los masones? ¿Los políticos de las covachuelas de Bruselas? No.
Son, sencillamente, los malos políticos, los que sacan de quicio su servicio para vivir a costa de la propaganda, los que hablan sin decir nada. Los hay en Estrasburgo, y en Madrid, y en Pamplona, y en el último pueblo. De que los desenmascaremos dependerá no el salir de la crisis, ni el sobrevivir a la gripe, ni el parar el cambio climático sino algo todavía más importante: nuestra libertad.
Jerónimo Erro