Las leyes no son democráticas
Y no es que me esté poniendo en plan demagógico. Me pongo simplemente en plan democrático. A no ser que democrático quiera decir lo contrario de lo que indica su raíz griega y el poder no sea del pueblo sino contra el pueblo. Si lo que quieren montar es una aristocracia despótica que lo digan abiertamente, pero me fastidia que encima nos traten como a idiotas. Una crítica típica de los materialistas contra todas las religiones ha consistido en decir que siempre los miembros de la casta sacerdotal empleaban lenguajes oscuros para dárselas de sabios. Se supone que un sistema democrático sirve para corregir ese error. Pero no. La nueva religión del relativismo estatalista produce en sus sanedrines unos códigos “sagrados” -las leyes- que no hay cristiano que los entienda. Ni siquiera los textos más básicos, los más fundamentales, es decir, los textos constitucionales. Ni siquiera el apaño constitucional que iba a ser el nuevo texto para la hermandad de todos los europeos. ¡Olé por los irlandeses! Y gracias. ¿Cómo va a saber uno si está en contra o a favor de la ley si necesita un traductor a cada paso? ¿Cómo no va a ponerse nervioso cuando le para la policía si la ignorancia de la ley -oscura ley- no exime de su cumplimiento?
Jerónimo Erro