Piénsenlo Vds. bien, que no todo en esta vida se arregla con desalojar a ZP de la Moncloa (aunque ciertamente resulte tentadora la perspectiva). Si volvemos a utilizar al PP como ariete para echar otra vez al PSOE tendremos un nuevo ciclo de más de lo mismo. El PP se crecerá sobre su mediocridad y hasta nos hará creer que se les ha apoyado porque son buenos y no por hastío de que sigan mandando los peores. Y ante las burradas infames del zetapedismo se nos olvidará que el PP gobernó ocho años con un aborto creciente sin mover un dedo, que introdujo la píldora abortiva, que abrió la puerta a los "gaymonios", que dejó toda la cultura en manos del progresismo cultural, que votó a favor del divorcio express, que tolera que dentro de sus filas haya quien repruebe al Papa, o quien considere el aborto como un "derecho", que no ha defendido la libertad de educación de los padres frente a la EpC, o, en fin, que hasta tiene en su seno un buen puñado de casos de corrupción bastante llamativos.
Lo que pasa es que tenemos alzheimer histórico. Votar al PP de 2009 no es lo mismo que votar al PP de los 90 del siglo pasado. Bueno, si que es lo mismo porque ya entonces tenía ese partido -para quien sabía verlo- la misma naturaleza de camaleón que tiene ahora. Pero ya me entienden. Que en este momento el mutante centrorreformista ha coloreado el tinte de su piel lo justo para diferenciarse un poco de su contrincante socialista. Y nada más. En su obsesión permanente de segundón no le gusta asumir riesgos; le basta con hacer un seguidismo ideológico al progresismo socialista colocándose siempre en un discreto paso atrás.
Por eso si Vd. lo que quiere es apoyar una opción política que rompa radicalmente con la ideología dominante tendrá que apostar por alguno de los pequeños partidos extraparlamentarios que luchan por hacerse un hueco en la vida pública (www.no-negociables.es). En cualquier caso tenga presente una cosa, que en lo que son los conceptos ideológicos de fondo (vida, familia, libertad, bien común…) el PP de hoy se parece más al PSOE de hoy que al PP de ayer. Lo que pasa es que ya se nos olvida. ¿No se acuerdan Vds. de cuando la gloriosa UCD defendía el derecho a la vida como algo sagrado? ¿No se acuerdan que hubo un tiempo en que el centro-derecha-liberal-conservador defendía la indisolubilidad del matrimonio? ¿Nadie recuerda cómo era la vida cuando ningún político tenía amigos homosexuales?
Lo siento por los nuevos candidatos entrantes como Pablo Zalba, por ejemplo, que ingresan en esta cadena de montaje político asumiendo sin pestañear las reglas del juego. Este maldito bipartidismo automático es el mayor enemigo de la democracia porque reparte entre los políticos dos únicos papeles en los que, como en el ejercito, siempre se empieza a marchar con un paso izquierdo. Uno es el poli malo y otro el poli bueno; uno el gordo y otro el flaco; uno Mortadelo y otro Filemón; uno Guatemala y otro Guatepeor. Uno amenaza con que te sacará los ojos. Y otro promete que se contentará con sacarte sólo uno. ¿Y encima tenemos que aplaudir al que nos hace un entuerto?
Jerónimo Erro