Acabo de ver dos fotos diferentes en las que un mismo sonriente personaje, el consejero Corpas, alegra el ojillo a un alcalde y a una alcaldesa en el momento de rubricar el compromiso del Gobierno de los Navarros y sus Bolsillos por importe de varios millones de euros. El primer caso es Hu-arte. En mala hora se puso de moda (seguro que a rebufo del Balu-arte que por cierto no es vascuence), la idea estúpida de relacionar la desinencia euskerica "-arte" con la palabra latina "ars, artis". Que tengan cuidado los de Iriarte, los de Muruarte y los de Ezcabarte a ver en qué lío nos meten. Porque claro, es lo que tiene el dinero público, que parece que no duele derrocharlo. Cada vez que se firma un convenio, una reforma de un edificio, o la instalación de un museo tontorrón como el de los sanfermines se hace con una alegría sospechosa. ¿Es que al final nadie paga toda esa desvergonzada inutilidad?
Me hace gracia que en estas ocasiones siempre se alude, como un factor decisivo, al mantenimiento de no se sabe cuántos puestos de trabajo. Pero vamos a ver: esos puestos ¿son para cumplir una función que hace falta cumplir o es que la razón del puesto de trabajo es solo mantener ocupado al trabajador?. Cada vez entiendo menos. ¿Es que ya no queda nadie que trabaje, o que viva los sanfermines, por amor al arte?
Jerónimo Erro