¿Queremos ahorrar por encima de todo?

Nuestros ayuntamientos, su origen, su tamaño, sus límites… la realidad misma de Navarra tal como la conocemos con su Diputación-Gobierno, sus pequeños municipios simples y compuestos, sus concejos, sus extintas merindades… no tienen nada que ver con las diputaciones provinciales creadas de un plumazo en el siglo XIX, ni con los partidos judiciales, ni con las zonas básicas de salud, ni con las fronteras imaginarias que trazaron los colonizadores en USA o en Africa. Si todo fuera cuestión de «perras» y el culto al dios-ahorro fuera la religión oficial, en ese caso, tal vez, podrían estar justificadas medidas como las que exigen los espíritus más jacobinos y algunas otras que ni siquiera ellos se atreven a pedir.

Por dar un ejemplo extremo y gráfico… ¿de verdad queremos ahorrar? Convirtamos a Navarra en una ciudad autónoma. Como Ceuta. Disolvamos todo, hagamos borrón y cuenta nueva: un ayuntamiento único de 10.000 kilómetros cuadrados y 600.000 habitantes y ya está. ¿Qué perderíamos por el camino? Los apátridas que nunca se plantean si «son de» o «están en» donde les ha tocado la VPO pensarán que todo es lo mismo. En mi opinión perderíamos mucho: una tradición riquísima y compleja; una democracia real, abarcable, gracias a la cual, a pesar de todo, la participación política y social de los navarros está muy por encima de la media; un intrincado cepellón de raíces y raicillas que es la chispa misma de la vida pública, la constatación de que la vida política, como la natural, se mueren y plastifican si no se respeta la biodiversidad.

Los ahorros llegarán a la fuerza -ya están llegando- y sin que nadie pueda evitarlo. Muchos pequeños ayuntamientos harán bien en plantearse la posibilidad de una fusión con el vecino. No sería la primera vez.  Pero ojo con los decretos de concentración forzosa. La civicodiversidad que hemos heredado también es una riqueza.

Compartir este artículo

CLAVES EN OPINIÓN

4 respuestas

  1. El sector público administrativo (SPA) tiene cinco escalones:
    1) local (municipal y provinicial);
    2) regional;
    3) estatal;
    4) supraestatal (UE, etc.); y
    5) mundial.

    ¿Hubiera sido posible crear una moneda única, en la que varios Estados (tercer escalón del SPA) diluyen su soberanía financiero-fiscal, sin Política?

    No nos engañemos. En Europa, hay mucha Política. Lo que no hay, todavía, es entramado institucional suficiente. No solo no ha habido tiempo para ello sino que la acumulación capitalista paneuropea, por ahora, es bastante decepcionante.

    El Banco Central Europeo carece de muchos de los mecanismos que definen todo centralbanquismo. Tampoco hay una organización administrativa tributaria paneuropea, ni siquiera en algo tan obvio como en materia aduanera.

    Por su parte, a estas alturas debería haber ya varios empresones paneuropeos en materia financiera, energética, de comunicaciones y de distribución.

    Vivimos, pues, dos procesos económico-políticos conjugados:

    1) el crash inmo-hipotecario (distopía del Capitalismo Popular), que, en España, ha desencadenado una crisis de la estructura o modelo; pero, con signo contrario,

    2) el desarrollo de la acumulación capitalista paneuropea.

    Así las cosas, a mí, lo que más me interesa es el nacionalismo.

    Hay dos tipos de nacionalismo:
    – el jurídico-político; y
    – el étnico-cultural o Volkstum.

    La nacionalidad jurídico-política es factual. Es como la Vecindad Civil o la Filiación.

    Por contra, el nacionalismo-Volkstum es ideológico. Puede predicarse de cada uno de los cinco escalones del SPA. No es más que la ideología de acompañamiento del expansionismo de cada escalón. Deberíamos prohibirlo o restringirlo, como hacemos con el consumo de tabaco, la violencia de género y la velocidad en las carreteras.

    Primera idea: ¿Por qué el «Inventario de entes dependientes de las Comunidades Autónomas» no incluye los del País Vasco, pero sí los de Navarra?

    Segunda idea: 2.386 entes para 16 regiones, salen a 150 por región. ¿Y qué? Mañana entra el PP, mediantes simples fusiones, deja el dato en 100 por región, y seguimos en las mismas.

    Me he tomado la molestia de comparar el número de entes con la población:

    – la media española es 20.000 habitantes por ente;

    – Baleares y Navarra tienen un ente por cada 6.000 habitantes;

    – en el extremo opuesto, Madrid y Comunidad Valenciana, uno por cada 30 y tantos mil;

    – Andalucía está algo por encima de la media, y Extremadura algo por debajo.

    No hay sustancia política en el análisis, por tanto.

    La única forma de meter en cintura el gasto en las CCAA es recentralizando. Este proceso puede hacerse directa u verticalmente, mediante represión del nacionalismo étnico-cultural. O indirecta u horizontalmente, mediante técnicas administrativistas, como la consorciación o la Administración Única, como estamos haciendo con las Cajas de Ahorros.

    En suma:
    – en el Ingreso: 17 Cupos
    – en el Gasto: gestión interregional

    Lo que no puede ser es lo que tenemos ahora.

    Y, en Política: que el rol «bisagrista» que monopolizan los grupos de presión regionales lo pasen a desempeñar facciones del partido de la oposición.

  2. Sr. Erro no, no y tres veces no. Ni todos los dogmas del Tradicionalismo son corectos, buenos y aplicables «per se» al momento actual ni todas las realizaciones del liberalismo que vino de la Revolución Francesa se han demostrado perversas.
    Pero bajemos a la arena de los hechos: dígame qué sentido tiene mantener Ayuntamientos propios como Castillonuevo o como la infinidad de pueblos de Tierra Estella, con Ayuntamiento propio y menos de 50 habitantes (de derecho, es decir, siendo generosos). ¿Qué hay de descabellado en exigir un mínimo de 300, 500 ó 1000 habitantes para tener Ayuntamiento propio? ¿acaso la ley actual no exige ya unos mínimos cuando exige 15 habitantes para poder mantenerse como entidad local?. Puede que el sueño de la razón produzca monstruos pero desde luego la irracionalidad conduce siempre al desastre.
    Y dos, vamos con las Diputaciones ¿puede decirme qué encuentra de malo en la creación del Sr. Burgos? sí, son un invento del siglo XIX a imitación de la Francia revolucioanria ¿y? ¿eso las hace peores que la sacrosanta foralidad navarra? ¿nos ha evitado nuestra foralidad tener un Urralburu, primer presidente autonómico condenado judicialmente? ¿nos ha evitado el despilfarro del año pasado con el Sr. Jiménez «apoyando» a Sanz?
    Para disgusto del Sr. Rubalcaba las provincias en España tienen el tamaño (en territorio y población) adecuadísimo para hacer realidad aquello de «acercar la administración al ciudadano». ¿De qué le sirve a uno de Soria autonomizarse de Madrid si pasa a depender de un nuevo centralismo, Valladolid, que está más lejos? El problema no son ni de lejos las provincias y sus Diputaciones, órganos básicamente administrativos Y NO POLÍTICOS, y ahí es donde le duele al Psoe.
    El problema no está en el liberalismo decimonónico, sino en el Título Octavo de la Constitución de 1978, que creó un monstruo en lo político (auténtica voracidad institucional, disolvente de la nación, del Estado o de la Patria, como prefiera) y en lo económico sin que ningún partido del actual arco parlamentario se atreva a ponerle coto, (con la honrosa excepción de Upd).

  3. Sr Arana. Como siga de informado con lo de las provincias, va usted mal orientado. Efectivamente se crearon en 1833 con Javier de Burgos, hubo modificaciones más o menos en 1886. Se equivoca también en el hecho de que se copiara el modelo francés, de tal manera que un baño de historia le vendría bien. Las provincias sobran o sobran las autonomías, en este punto estamos de acuerdo. En cuanto a su comentario sobre el Título Octavo de la CE, creo que no lo comparte ni el PP,ni el PSOE ni nadie. Lo de la Patria suena un poco falangista, pero bueno, se lo acepto. ¿Si suprimimos las Comunidades Autónomas me quiere o puede explicar que hacemos con Navarra? Porque quitarle la condición de Comunidad Foral y reducirla a provincia foral no creo que siente muy bien a la mayoría de los navarros, ya que disminuye las cotas de autogobierno.
    En Navarra confluyen dos hechos: su condición de territorio foral y su condición de Comunidad Autónoma; si se ha leído al Amejoramiento habrá observado como distingue entre Navarra y Comunidad Foral de Navarra. Una simbiosis perfecta para nuestros intereses.
    Como siempre que escribo respeto todas las opiniones y la suya me parece coherente pero poco realista en 2011

  4. ¿Y en qué se perdería la civicodiversidad reducienco a 40 los Ayuntamientos Navarros? ¿Sería alguien «menos de….»? ¿no habría fiestas del pueblo? ¿se romperían las calles y las aceras? ¿n o imperarían las leyes? ¿los vecinos no se saludarían por la calle? ¿dejaria de haber colegios? ¿no tendríamos un balcón desde el que tirar el cohete?

    Cuernos, pero qué miedo a cambiar nada.. qué sociedad tan TAN conservadora!

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.
Logo_Positivo.webp
Logo_Positivo.webp

Suscríbete a nuestro boletín