La pasada semana, todos los grupos del Senado, excepto el PSOE, condenaron los ataques de Marruecos al pueblo saharaui, exigieron al Gobierno firmeza frente al régimen de Rabat y censuraron su tibia posición. El papelón del Gobierno es considerable y su descrédito entre la propia izquierda va en aumento, hasta en su mismo partido se han revelado. Los dirigentes socialistas, muchos de ellos amigos de los saharauis que habían participado en manifestaciones exigiendo los derechos del pueblo, han asumido la versión marroquí y, con ella, lo que supone de desprecio a los derechos humanos. El PSOE está cada vez más solo, muchos de sus militantes y, especialmente los simpatizantes, avergonzados. Ahora si que, tanto Rodríguez Zapatero como Rubalcaba parecen “el hombre de la triste figura”.
