Estupor es lo que me causa el leer el artículo publicado en su medio sobre la actual situación que vivimos los socios del Campo de Deportes Larraina. Muchas son las cosas que se me pasan por la cabeza a la hora de leer su artículo, pero sobre todo lo que más me molesta es que se falte a la verdad sobre la realidad de lo que ocurre. En primer lugar, debo señalarle que la “madurez y cambio generacional” a la que alude en su artículo difícilmente es creíble cuando nos encontramos con que precisamente los que ahora tienen el “poder” en el Club son en su mayoría socios jubilados, mientras a los que queremos continuar con nuestra actividad deportiva y la de todas las secciones del Club aún nos queda, !esperemos¡, mucho tiempo para el disfrute. La asamblea general ordinaria del Club Larraina se celebró en el mes de marzo y en ella la Junta Directiva por voluntad propia dimitió, ya que no pudieron o quisieron aclarar a los socios allí presentes (entre ellos casi todos los miembros de la actual Junta Directiva) qué había pasado con los 30.000€ que debía recibir el Club waterpolo Navarra, creado a instancias de la Asamblea General del Club en el año 2004 y que aprobó ese gasto. Tampoco pudieron aclarar otras cuestiones. La nueva Junta Directiva surgió de una Asamblea General Extraordinaria convocada al efecto, ya que había dimitido la anterior Junta Directiva. En dicha asamblea nos presentamos 20 candidatos (12 voluntarios y 8 impuestos por la anterior Junta), de los que 10 debían ser elegidos como nuevos directivos. Tras una campaña extraña y con muchas falsedades por parte de un grupo de los candidatos salieron elegidos democráticamente 9. El décimo es sustituto de uno de los elegidos que dimitió rápidamente de su cargo y fue sustituido por la actual Junta de entre su grupo de amigos, y no por el siguiente candidato. Comenta usted en su artículo que la actual Junta Directiva no quiere que el gasto en waterpolo perjudique el desarrollo de las diferentes actividades del Club, como si ya lo estuviera haciendo. En los últimos 37 años, en los que hay waterpolo en Larraina, nunca se ha dejado de hacer ninguna actividad deportiva por causa del waterpolo, y hoy es el día que la Junta Directiva acaba de rechazar 70.000€ para que se pueda jugar a waterpolo en el Club. Si eso es gastar de forma racional los recursos ya me dirá usted. También comenta que el waterpolo ha campado por sus anchas con “el apoyo de la anterior Junta Directiva”. Sepa que esta Junta dimitió según ella por culpa de “los de waterpolo”. Si se refiere a anteriores Juntas también habría que decirle que cada año, salvo esta nueva Junta que aun no lo ha hecho, en la Asamblea General del Club se han aprobado los gastos e ingresos de todas las secciones deportivas y los presupuestos del siguiente año. Siempre se ha tenido informados a los socios de los costes de las actividades, incluido el waterpolo, y siempre se han aprobado por unanimidad las cuentas del Club. Se olvida así mismo usted de señalar en su artículo como desde el día 23 de junio con sólo 1 mes en el cargo, la actual Junta prohibió la entrada a las instalaciones de los niños menores de 6 años aun siendo hijos de socios del club. Que ese mismo día expulsó del Club a todos los niños no socios que venían a su última clase de natación, que no permitió entrenar al equipo del Club que iba a acudir a representarnos en el Campeonato de España Juvenil, etc. “Resolver el problemas con discrepción”… eso es lo que parece que ellos han manifestado que intentan hacer. Sería conveniente que sepa que durante todo el verano nadie de la Junta Directiva ha intentado reunirse por voluntad propia con “los de waterpolo” y han tenido que ser éstos e incluso el Gobierno de Navarra el que pidiera las reuniones para intentar acercar las posturas. También comenta que “queremos recuperar los poderes perdidos” y yo me pregunto de qué poderes habla, de poder entrenar, de hacer deporte, de representar a nuestro Club, de ser solidarios, de esforzarnos por un objetivo. El gasto anual del waterpolo en Larraina durante los últimos años ha sido de 30.000 €, que corresponde a menos del 10% del coste real de los equipos y que este coste no supone ni el 3% del presupuesto total del Club. Las cosas se ven de muy distinta forma según el lado en el que se esté, pero le puedo asegurar, por lo menos desde mi punto de vista personal y como gestor deportivo que soy, que las cosas se pueden hacer bien, regular o mal, y que esta Junta Directiva con el tema del waterpolo lo está haciendo muy, muy mal. Desde luego que estaré bien atento a los que digan sus próximos boletines y que espero que en alguno de ellos tenga cabida alguna de mis reflexiones. Atentamente