Hace unos días hemos visto como no se ha tramitado la ley de reforma del aborto para sorpresa de muchos españoles. La forma de comunicarlo ha sido muy curiosa ya que se le ha atribuido al Sr. Rajoy la responsabilidad en la no tramitación de dicha ley y, sin embargo, no le corresponde a él por ley la no tramitación al legislativo de una ley orgánica u ordinaria sino que le corresponde al gobierno en pleno la decisión de su tramitación o no. Como facultades del Presidente del Gobierno sí le corresponde incoar un recurso de inconstitucionalidad de una ley, como la firmada por el Presidente de Cataluña para convocar un referéndum y, sin embargo, se ha comunicado a la inversa: ahora “el gobierno recurre la ley firmada por Mas”. Muy probablemente la inversión de la responsabilidad esté calculada. En el segundo caso se ha querido dar la imagen de unidad del gobierno. En el primero él aparece como único responsable de la no tramitación de la reforma de la ley del aborto. Él ha decidido asumir la gran responsabilidad de no tramitar la prometida, en programa electoral, reforma de una ley del aborto injusta cometiendo así un fraude, verdadero latrocinio, a sus electores probablemente para proteger a algunos miembros de su gobierno. Pero la responsabilidad no ha sido de él solamente. La acción del Gobierno es solidaria de manera que si alguien del Consejo de Ministros no está de acuerdo con las decisiones del Gobierno, la única opción que le queda a ese ministro es dimitir. ¡Qué oportunidad única han dejado escapar los ministros del Gobierno que están a favor de la vida! Si hubieran dimitido, porque de acuerdo con la decisión tomada no
están, hubieran provocado una crisis de Gobierno a nivel nacional y europeo de consecuencias importantes para la vida de las trescientas mil personas que cada año en España no pueden ver la luz porque no les dejan. Y es a estas personas no nacidas a quienes realmente se les ha provocado un robo. Señores del PP: no podemos sus votantes estar continuamente escogiendo el mal menor dándoles nuestro voto. La elección del mal menor debe ser algo excepcional. Lo que se debe escoger habitualmente es el bien. Y ustedes no lo representan.