Escribo esta carta sólo para expresar un pequeño comentario sobre su información relativa a los chulísimos ayuntamientos que en plena crisis, con un coste multimillonario, se han ido construyendo este año. Efectivamente, había echado de menos esos 15 millones de euros y me preguntaba dónde los habría dejado. Pero claro, uno sólo es un humilde contribuyente y el dinero público no es de nadie. No somos nadie, que decía la ministra en el funeral de mi cartera. Lo más desolador, sin embargo, es que la lista de ayuntamientos que ustedes exponen representa a todos los partidos. No hay salvación para el contribuyente. La clase política no muestra ningún respeto por el dinero que tan esforzadamente ganamos los trabajadores y se llevan los impuestos. Antes el centro de cada pueblo era su iglesia, ahora es el ayuntamiento. A ver si no se estarán endiosando nuestros políticos.