Y no es solo que nos deban las gracias, sino que todos debemos el
agradecimiento a todos y cada uno de los ciudadanos, y a la propia
Dirección General Tráfico, a sus agentes, a sus trabajadores y gestores;
porque “estamos de enhorabuena” (aunque no toda la que deberíamos, queda
mucho por hacer), pero hemos conseguido que poco a poco, (demasiado poco)
hemos reducido las muertes, y por una vida, vale la pena todo el esfuerzo
que se realice.
Cada conductora, cada peatón, cada ciclista, cada pasajero, estamos de
suerte, “podemos contarlo”, hemos salido, hemos circulado, hemos viajado,
y estamos de vuelta, podemos ver las fotos, contar, e incluso, podemos
volver a salir y entrar, pero cada vez más convencidos, más consciente de
que la vida es un lujo para disfrutarlo, y no una carta de juego a la
curva más rápida, a la copa que nada consigue, al despiste de una
tontería. Quizás todos, incluyendo quien nos sanciona, hemos aprendido la
lección, y no es recaudar, y no es limitar derechos, y no es llegar antes,
es llegar, es conseguir contar a los demás que un verano es para disfrutar
de la vida, que las preocupaciones de la crisis o no, están ahí, pero que
para tenerlas tenemos que vivir.
Menos muertos en la carretera, significa, que entre todos podemos, podemos
trabajar más duro para conseguir olvidar aquellos tiempos en que se
contaban a cientos, conseguir olvidar aquellos tiempos en los que el mejor
deseo para un viajero, era volverle a ver.
Pero no todo son parabienes, existe mucha educación que aprender, y los
jóvenes pueden darnos lecciones, … el alcohol sobre del volante, … no por
más correr llegamos antes, … las carreras están para los circuitos.
Las carreteras, van siendo mejores, los kilómetros desdoblados, y
convertidos en autovías han crecido de manera considerable, y la presencia
de medios disuasorios como radares, más agentes de todos los cuerpos,
campañas determinadas et…; todo ello, ha colaborado en que los muertos,
los accidentes se puedan contar en menos.
No olvidemos para todo el año, para toda la vida, que está para vivirla,
para disfrutar de ella y para poder disfrutar del placer de conducir, de
viajar, de ser peatón, o de ser pasajero, el placer de toda persona es
vivir, y eso lo conseguimos volviendo a casa.
agradecimiento a todos y cada uno de los ciudadanos, y a la propia
Dirección General Tráfico, a sus agentes, a sus trabajadores y gestores;
porque “estamos de enhorabuena” (aunque no toda la que deberíamos, queda
mucho por hacer), pero hemos conseguido que poco a poco, (demasiado poco)
hemos reducido las muertes, y por una vida, vale la pena todo el esfuerzo
que se realice.
Cada conductora, cada peatón, cada ciclista, cada pasajero, estamos de
suerte, “podemos contarlo”, hemos salido, hemos circulado, hemos viajado,
y estamos de vuelta, podemos ver las fotos, contar, e incluso, podemos
volver a salir y entrar, pero cada vez más convencidos, más consciente de
que la vida es un lujo para disfrutarlo, y no una carta de juego a la
curva más rápida, a la copa que nada consigue, al despiste de una
tontería. Quizás todos, incluyendo quien nos sanciona, hemos aprendido la
lección, y no es recaudar, y no es limitar derechos, y no es llegar antes,
es llegar, es conseguir contar a los demás que un verano es para disfrutar
de la vida, que las preocupaciones de la crisis o no, están ahí, pero que
para tenerlas tenemos que vivir.
Menos muertos en la carretera, significa, que entre todos podemos, podemos
trabajar más duro para conseguir olvidar aquellos tiempos en que se
contaban a cientos, conseguir olvidar aquellos tiempos en los que el mejor
deseo para un viajero, era volverle a ver.
Pero no todo son parabienes, existe mucha educación que aprender, y los
jóvenes pueden darnos lecciones, … el alcohol sobre del volante, … no por
más correr llegamos antes, … las carreras están para los circuitos.
Las carreteras, van siendo mejores, los kilómetros desdoblados, y
convertidos en autovías han crecido de manera considerable, y la presencia
de medios disuasorios como radares, más agentes de todos los cuerpos,
campañas determinadas et…; todo ello, ha colaborado en que los muertos,
los accidentes se puedan contar en menos.
No olvidemos para todo el año, para toda la vida, que está para vivirla,
para disfrutar de ella y para poder disfrutar del placer de conducir, de
viajar, de ser peatón, o de ser pasajero, el placer de toda persona es
vivir, y eso lo conseguimos volviendo a casa.