Estos los de la ESO, son como bien sabemos los que están sufriendo la mediatización de su currículo, que se esta siendo estudiado con lupa por unos y por otros, al menos en lo referido a la “polémica asignatura”.
En su gran mayoría empezarán el curso a finales de esta segunda semana de septiembre, muchos, si no todos van a encontrarse en el aula ante una incertidumbre que seguro que llegarán a calificar de incomprensible.
No me cabe la menor duda de que nuestros niños, que ya no son tan niños, y que los padres que hasta ahora los hemos educado como ciudadanos, con la colaboración de los Centros, de los profesores y sin la intromisión del Estado, van a decirnos, que no entienden como puede haberse generado tanto desconcierto social, ante algo tan banal.
Pues por eso mismo, para no correr el riesgo de que nuestros hijos, nuestros alumnos, nuestros adolescentes y jóvenes, nos tachen de incoherentes, tenemos que posicionarnos ante la intromisión del Estado, con claridad, bien con el ejercicio de nuestro derecho a la Objeción de Conciencia, bien mostrando nuestra disconformidad ante la Administración, exigiendo la retirada de esta asignatura, aquí no caben ambigüedades, no caben alternativas, aun estamos a tiempo de retirar esta asignatura de los colegios, de las escuelas, de las ikastolas.