No es suficiente recurrir al Tribunal Constitucional la actual Ley del aborto del 3-III-2010, todavía sin vigor, porque invada competencias propias de Navarra.
No es suficiente denunciar como un “contrafuero” que la nueva Ley garantice que los abortos se hagan en todas las Comunidades Autónomas, incluyendo la C.F. de Navarra.
No es suficiente creer que la nueva Ley invade competencias sanitarias del Gobierno de Navarra.
Sí, Navarra es la única comunidad en cuyos servicios sanitarios no se realizan abortos, pero lo es porque los médicos y el personal sanitario hace objeción de conciencia. No quieren matar. ¡Sólo faltaba que se nos obligue a matar! ¡Y que se nos premie por ello…!
Es necesario recurrir al Derecho Civil Foral en defensa de la patria potestad de los padres y tutores sobre las menores de edad.
Es necesario que todos hagamos objeción de conciencia a la nueva Ley, pero también a la Ley de 1985 que despenaliza y legitima el aborto.
Es necesario que el Servicio Navarro de Salud no corra con los costes cuando deriva a la mujer que desea matar (abortar) a otras comunidades autónomas.
Por mucho menos los políticos ponen el grito en el cielo. Por mucho menos los políticos hacen alarde de intransigentes. Porque hay cosas que no pueden negociarse.
Por eso, de nuevo este mes de abril la CTC ha celebrado la concentración “ABORTO NO. Dios ama al embrión”, enfrente del Parlamento de Navarra por el lado de la plaza del Baluarte. Esta vez hemos cambiado de lugar por fuerza mayor. Ha llovido a mares, pero no por eso nos hemos detenido.
Sí: el aborto voluntario es una canallada. Es criminal. Si estamos convencidos de ello, no nos mancharemos en este holocausto silencioso.