El motivo de esta carta es compartir con todos ustedes la observación de cómo el AVE, según se hable de él en un ámbito u otro, se convierte en TAV. ¿Y qué diferencia hay entre AVE y TAV? Pues muy sencillo, la "e" de "española". Por consiguiente, es muy sencillo determinar cuál es el ámbito en el que se habla del TAV y cuál es el ámbito en el que se habla del AVE. O debería serlo aunque siempre hay despistados, que de eso va esta carta. ¿Recuerdan ustedes aquella misiva de una extraña coordinadora que se hacía pasar por la hacienda foral y que precedió a un asesinato? ¿Recuerdan ustedes si decía TAV o AVE? ¿Y el comunicado de ETA? Pues eso. Por lo demás, el tren que nos va a a llevar y traer a los navarros no va a ser un tren de alta velocidad en abstracto, sino muy concretamente el AVE. Puesto que nada hay menos inocente que las palabras, elijan las suyas con cuidado.