En realidad, hay que pensar que las 100.000 personas que votaron nulo eran ya mayorcitas para saber lo que estaban votando. Esas 100.000 personas hicieron de hecho una elección. Podían haber votado a cualquier partido abertzale legal, pero prefirieron votar nulo. Es decir, que en la disyuntiva de votar a un partido abertzale legal o votar nulo dando esa ventaja a los partidos no nacionalistas, hubo 100.000 personas que deliberadamente eligieron esta segunda opción. Que no se quejen ahora. La ilegalización de las listas batasunas fue antes, no después de la elección. Cabe la opción de que esos 100.000 votantes fueran tontos y votaran sin ser conscientes de las consecuencias de sus actos, pero por otra parte quizá nadie se lo explico, y en cualquier caso el voto de un tonto o cien mil tontos vale lo mismo que el voto de un premio Nobel u otros cien mil votos cualesquiera. Los votos que cuentan, que aprendan, son los votos válidos.
Huelga recordar, por lo demás, la razón de la ilegalización, y es que una misma organización no puede al mismo tiempo presentarse a las elecciones y dedicarse a asesinar a sus rivales electorales. Lo tienen muy fácil para presentarse a las próximas elecciones: en vez de cambiar de siglas que cierren ETA. Y ya de paso, a ver si así la próxima vez también pueden votar los vascos del exilio. ¡Oh!¡Uh!Ah! Sí, también ellos. Con una banda de pistoleros y paramilitares yo también me hago una mayoría nacionalista.
Las reclamaciones nacionalistas, por tanto, a Otegui y compañía o al maestro armero. Tienen 4 años, depende del tándem López-ZP, para llorar la rabieta.