Germán Rodríguez, miembro de la Liga Comunista Revolucionaria –ETA VI, fue una de las personas que el 8 de julio de 1978, al terminar la corrida de toros, bajó al ruedo a pasear una pancarta con el lema “Amnistía total. Preosak Kalera. San Fermin sin presos”.
La toma del ruedo por este grupo de agitadores, provocó la intervención de la policía, produciéndose a continuación violentos altercados por toda la plaza en los que la policía llegó a hacer uso de armas de fuego. Durante esos altercados en la plaza, en los que varios policías resultaron heridos, Germán Rodríguez murió al ser alcanzado por un disparo en la cabeza.
La violencia por las calles del Casco Viejo durante aquella época era constante y el guardia civil Antonio Eseverri Chávarri, de 54 años, poco tiempo antes había recibido cuatro cuchilladas en la calle Chapitela. Murió una semana más tarde.
Paradójicamente, alguno de los partidos pertenecientes a Nafarroa Bai que ahora homenajean a Germán Rodríguez tildaron recientemente de provocador a un miembro del Foro de Ermua, que había recibido una patada en los genitales cuando se disponia entrar en un juzgado por parte de un militante del PNV. Los nacionalistas y socialistas, en consecuencia, apoyaron una moción en Ermua para impedir al foro homónimo el uso del nombre de la localidad. Al guardia civil Antonio Eseverri Chávarri, por supuesto, nadie le recordará ni pondrá una estela en su memoria. El mero hecho de haber muerto en un acto de kale borroka, por otro lado, tampoco parece razonable que constituya por sí mismo un mérito ciudadano digno de reconocimiento público ni convierta al difunto en un modelo a seguir. Pensábamos que la “tranversalidad” sería otra cosa y no la doble vara de medir de toda la vida.