Día relevante ayer en el Parlamento de Navarra, el cual aprobó el rescate de Osasuna mediante una dación en pago que, en definitiva, supone que a Osasuna se le perdonan 53 millones de euros, Osasuna sigue disfrutando de las instalaciones y Osasuna a cambio paga un alquiler de risa. Y encima, en vez de devolvernos, le prestamos otros 4 millones de euros para ir tirando.
A favor del rescate votaron UPN, PSN y PPN.
Bildu votó en contra argumentando que «como parlamentarios tenemos una responsabilidad no solamente con el club rojillo, sino con defender los intereses generales de toda la sociedad navarra».
Patxi Leuza, en nombre de Geroa Bai, calificó como «vergonzoso» el rescate asegurando que «no podemos permitir que se vayan de rositas los que con nombres y apellidos han permitido desde su puesto político llegar a esta situación».
Txema Mauleón, de Izquierda-Ezkerra, aseguró que este rescate es «la mayor irresponsabilidad que se va a acometer probablemente desde que este Parlamento es democrático», denunciando que «La Hacienda foral a partir de ahora tiene dos ventanillas, una para Osasuna y otra para el resto de contribuyentes».
Si son ustedes de los que para opinar de algo se limitan a defender a toque de corneta lo que ha hecho el partido con el que simpatizan, no es preciso que sigan leyendo. No obstante, el sentido del voto de los partidos respecto al rescate de Osasuna ha dado lugar entre otras a estas dos reflexiones:
1-Para que Osasuna pueda pagar lo que debe a Hacienda hay que salvar a Osasuna, porque si dejamos que Osasuna desaparezca entonces sí que no va a poder devolver nada.
2-Los nacionalistas casi se cargan a Osasuna, pero por suerte ayer pudimos salvar al club.
Pues bien, lo cierto es que existen dudas importantes sobre la seriedad de cualquiera de estas dos afirmaciones.
En primer lugar porque, si retrocedemos al año 2003 y al rescate anterior, en aquel momento nos podríamos ya haber planteado si era mejor avalar o no avalar a Osasuna. Y ya entonces se nos habría podido esgrimir este argumento de que era mejor dejar vivir al club y que fuera pagando a dejarlo morir que entonces sí que no podría pagar nada. Pues bien, el resultado sólo 11 años después es que ahora tenemos un agujero de 53 millones. Francamente, hubiera sido dejar morir a Osasuna en 2003.
En segundo lugar, porque de todas formas tampoco es cierto que o los contribuyentes ponemos el dinero o matamos a Osasuna. Que Osasuna se convierta en sociedad anónima y que los interesados en salvar a Osasuna se rasquen el bolsillo. Si ni los forofos están interesados en poner el dinero para salvar a Osasuna, ¿por qué tendrían que estar más interesados que ellos los contribuyentes? Es casi insultante que toda esta crisis de Osasuna se haya resuelto sin siquiera contemplar que sean los aficionados en vez de los contribuyentes quienes rescaten al club.
En tercer lugar los nacionalistas serán culpables de muchas cosas, pero no de la situación económica de Osasuna o de que la Hacienda Foral no le haya reclamado los pagos a Osasuna.
Lo que ya es más difícil de entender es que los nacionalistas estén en contra de pagarle las facturas a Osasuna con dinero público pero a favor de pagárselas al Bilbao o a la Real. Como decíamos al principio se puede estar a favor de rescatar a Osasuna o se puede estar en contra de rescatar a Osasuna. Pero no se puede estar a favor de rescatar al Bilbao o a la Real y en contra de rescatar a Osasuna.
Y aquí es donde la posición de los nacionalistas descarrila. No porque no tengan razón, sino porque no tienen coherencia.
Para construir el nuevo estadio de San Mamés, por ejemplo, el Atheltic de Bilbao pagó 50 millones de euros, de los que 17 correspondían a los terrenos del campo antiguo.
Otros 50 millones los puso la Diputación Foral de Vizcaya (33 millones más otros 17 obtenidos del valor del solar donde se ubica el nuevo campo).
El Gobierno Vasco y la BBK pusieron otros 50 cada uno.
Finalmente, el Ayuntamiento de Bilbao aportó 11 millones para licencias municipales.
Las nuevas instalaciones se convirtieron así en propiedad de San Mames Barria, la sociedad pública compuesta por todos los organismos anteriores que aportaron el dinero. Es decir, el Gobierno Vasco, la Diputación de Vizcaya, el Ayuntamiento de Bilbao, el Athletic y la BBK, ahora Kutxa.
Si repasamos la hemeroteca, nos encontramos con inyecciones públicas sin complejos en el caso de la Diputación de Guipúzcoa, el Gobierno Vasco, la Real Sociedad y Anoeta.
32 respuestas
Muy bien, Javier3, muy buena tu aportación del paloteado. Pero ahora di la verdad de porqué no vamos unidos a defender los fueros.
No. mejor te la digo yo: Pues porque el separatismo lo ha contaminado todo. Ibamos juntos por Dios , por la Patria y el Rey.
Sí. Por el Dios Uno y Trino, el de la Iglesia Católica. Por la Patria ESPAÑA, la foral, la de las libertades pero con vocación de unidad, con conciencia de la unidad de destino y del proyecto común.Y por el Rey, el rey de España, como garante de las libertades y de la justicia, no el presidente de una república coronada y corrupta.
Ahora, Javier3, dime: ¿Quién ha roto la unidad de las provincias forales? El nacionalismo separatista, ateo y republicano, cómplice del liberalismo centralista de Madrid.
Estricuel,Jainkoa aberria ta erregea ez da Jainkoa aberria ta Esppainia. Gamazadan ez ziran Euskal lurraldeak Erregea defendatzeko batu izan,autogobernua baizik.
Bitxia da Nafartar-Forudun-Espainiatarrak,ze gutxi dakizuen NFEri buruz.
Ta Euskal lurraldeak aldentzearen errua Frantzia ta Espainiarena da, ta hori datu enpirikuak dira ezjakin hori.