El etarra llevaba mucho tiempo sentado esperando en un banco de la estación. Su nerviosismo levantó las sospechas de un par de agentes de la UIP que se hallaban patrullando por la zona. Al pedirle que se identificara, el etarra se identificó como miembro de ETA y se entregó sin oponer resistencia. Antes de ser detenido depositó una mochila en una consigna de la estación, en la que al ser registrada se encontraron detonadores, temporizadores y una pistola cargada.