Cuando los agendistas vinieron a por los que no tenían etiqueta, guardé silencio ya que yo tenía etiqueta. Cuando los agendistas vinieron a por los que tenían etiqueta B, yo callé porque tenía etiqueta C… Podríamos empezar esta noticia parodiando por tanto el famoso poema de Martin Niemöller, que adelanta los problemas que van a tener para circular cuando llegue 2026 los vehículos con distintivo ambiental clase B.
🚘 Adiós a los coches con etiqueta B: estas serán las ciudades en las que no podrán circular a partir de 2026 https://t.co/UcCDYsGsDh
— ABC.es (@abc_es) November 2, 2025
Quienes son propietarios de un vehículo sin distintivo ambiental ya conocen la ira de la DGT y la Agenda 2030. En las grandes ciudades ya no pueden entrar con sus viejos vehículos. Naturalmente los propietarios de vehículos sin distintivo son la parte de la población más pobre y más sostenible. Más pobre porque no tiene dinero para gastarse 30.000 euros un vehículo eléctrico nuevo, y más sostenible porque si lleva con el mismo coche desde hace 25 años es mucho más sostenible, ha contaminado menos y ha consumido muchos menos recursos que alguien que haya cambiado 5 veces de coche en ese tiempo, y se hayan tenido que fabricar 5 coches para poder mantener ese ritmo.

La Agenda 2030, el Foro de Davos y su despreciable terminal llamada DGT son por tanto un azote para la gente más pobre y más sostenible. No tendrán nada y serán felices. Los ricos tendrán que sacrificarse quedándose todo, siendo infelices y ostentando el privilegio de poder circular con coches de 100.000 euros.
Lo paradójico de toda esta historia es que la gente vota con entusiasmo, o acaso con ignorancia, su propio decrecimiento y su propia discriminación. Cerca del 60% de los vehículos que circulan por las carreteras españolas lo hacen sin siquiera distintivo ambiental de la DGT, por ser demasiado antiguos, o con la etiqueta B. Lo de circular es un decir, porque cada vez se restringe más su circulación. No son pocas las personas que han tenido que achatarrar su coche porque ya no les sirve para circular por la gran ciudad. La tecnología y las cámaras instaladas por doquier garantizan además la detección y el castigo del infractor. No es posible escapar a la imposición. No pondrán tampoco una cámara en cada despacho para vigilar los pagos en sobre en Ferraz.

En España existen unos 35 millones de vehículos, de los cuales aproximadamente 9 millones no tienen etiqueta, 10 millones tienen la etiqueta B y otros 10 millones la etiqueta C. Es decir, no estamos hablando de un problema que afecte a pocas personas. Cuando la DGT, siguiendo la Agenda 2030 y las directrices de Davos, inutiliza los coches sin etiqueta o con etiqueta B, esto significa que hay 30 millones de personas afectadas. No sólo es que a muchas de ellas se les restrinja la libre circulación, es que además se les quebranta duramente su patrimonio. Un coche viejo vale poco, un coche que no puede circular no vale nada. Si además necesitas el coche y te están obligando a comprar uno nuevo que no necesitabas el desgarro financiero es mayúsculo. Por otro lado es de lo que se trata. De que desaparezcan el 90% de los coches, que sólo conduzcan los ricos.
La electrificación del parque automovilístico no es suficiente
— Transición Ecológica y Reto Demográfico (@mitecogob) September 16, 2022
✅ Necesitamos una transformación profunda del modelo de movilidad en nuestras ciudades
🚲🚎🚌🚶🏻♀️ #SemanaEuropeaDeLaMovilidad pic.twitter.com/5Ffscviea4
Una vez más tenemos que hablar de la rana en el puchero que se va calentando. Primero han caído las personas sin etiqueta, empezando por las que viven en las grandes ciudades. Ahora les toca a las personas con etiqueta B. Primero es que no se puede entrar con el coche a ciertas zonas de ciertas ciudades. Después a ninguna zona de ciertas ciudades. A continuación a ciertas zonas de TODAS las ciudades… Cuando en breve lleguemos a la etiqueta C, apenas quedará un pequeño porcentaje de coches que puedan circular por todo el país.

Por supuesto esto es el fin del sector de la automoción europeo. A nadie le importa. Nadie protesta. Ni siquiera el propio sector. Tampoco lo están haciendo los propietarios de vehículos sin distintivo o con distintivo B y C. Son sin embargo alrededor de 30 millones de propietarios. Un partido que se presentara a las elecciones proponiendo la eliminación de las pegatinas debería tener mayoría absoluta. Otra cosa es que la gente vote mayoritariamente su propia inmovilidad, su propia pobreza, su propia dependencia o su propia descapitalización. ¿Es ignorancia o realmente pensamos que todo esto conduce a una era feliz? La lucha sin embargo no está necesariamente perdida. ¿Sabe la gente que puede castigar a los partidos que defienden todo esto dejándoles de votar?