El PSOE no conoce límites. No “este PSOE”, sino el PSOE. El PSOE lleva traspasando todos los límites desde 1934. Está en su historia, está en su genética. De este modo no puede extrañar que a punto de celebrarse las elecciones en Galicia los socialistas hayan salido con todo a echarle los muertos de la pandemia en Madrid a Isabel Díaz Ayuso.
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¿Por qué sucede esto ahora? En primer lugar por la falta de escrúpulos del PSOE, pero al margen de esto es muy amplio el abanico de cosas que puede hacer un grupo de políticos sin escrúpulos, ¿por qué entonces hacer esto concreto?
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Una de las posibles explicaciones es que el PSOE vea tan mal para sus intereses la situación en Galicia que esté tan desesperado como para recurrir a los muertos de la pandemia. ¿Puede funcionar en Galicia un recurso que ha fracasado reiteradamente en las propias elecciones madrileñas? ¿No tiene el PSOE nada mejor después del fracaso de intentar inventar otro Prestige con el vertido de los pellets?
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Por el contrario, también podría pensarse que lo que esperan es un mal resultado del PP en Galicia, que creen que esto podría desatar una crisis interna en el PP, y que esa crisis podría resolverse con el ascenso de Ayuso al liderazgo del PP, sustituyendo a Feijóo. Estaríamos entonces ante una especie de ataque preventivo contra un relevo en la cúpula del PP. Si además el mal resultado del PP se le puede atribuir a Ayuso, porque el PSOE ha desatado una campaña contra Ayuso justo antes de las elecciones, se buscaría con esto un efecto potenciador.
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Por otro lado, como hemos concluido muchas veces, criminalizar a la oposición al sanchismo no es opcional. Si tú haces depender tu presidencia de prófugos de la justicia, golpistas, malversadores, condenados por secuestro y filotterroristas, evidentemente tienes que blanquear a tus socios y criminalizar a la oposición para ponerla a la altura de tus socios. Tus pactos con tus socios sólo se pueden justificar si consigues que se perciba a tus opositores como peores que tus socios. Teniendo en cuenta la catadura de los socios del PSOE, para que se perciba a los opositores al sanchismo como peores que sus socios hay que calificarlos como mínimo de asesinos genocidas de abuelos. La inevitable lógica de los pactos del PSOE es llevarnos a un cainismo, una división y un guerracivilismo extremo.
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Dicho todo lo anterior, aparte de pocos escrúpulos hay que tener cuajo siendo el PSOE y estando en el gobierno para echar la culpa a los demás de los muertos del COVID.
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Cuando el PSOE habla de las muertes por COVID en la Comunidad de Madrid, parece que en España sólo hubo durante la pandemia muertos en Madrid. Sin embargo, de los 120.000 muertos que ha habido en España por el COVID, sólo 20.000 han fallecido en Madrid. En Cataluña, sin que nadie haya montado un escándalo, han muerto 21.000. Pero es que las cifras de muertes por millón de habitantes son más altas en Castilla-León o en Aragón que en Madrid. Las cifras de muertos por habitantes a causa del COVID en La Rioja o Navarra son similares a las de Madrid. Hablamos de estas comunidades y no otras porque son todas comunidades que están gobernadas por el PSOE o lo estuvieron durante la pandemia. ¿Qué lecciones puede dar entonces el PSOE a los demás sobre el COVID?
Diez comunidades autónomas tuvieron peores datos que Madrid de fallecidos en las residencias de mayores durante la pandemia.
Como escribió ayer un ilustre tuitero: “Si sólo mencionáis a los fallecidos en las residencias de Madrid, va a parecer que lo que os importa es Ayuso, no… pic.twitter.com/iLcRHAtyiU
— Pedro Otamendi (@PedroOtamendi) February 16, 2024
Por supuesto hubo muchos ancianos que murieron en Madrid por el COVID, pero escuchando al PSOE parece que sólo en Madrid murieron ancianos a causa del COVID. Si el Gobierno de Madrid es culpable de los muertos por COVID que hubo en Madrid, ¿son culpables entonces los gobiernos de cada comunidad de todos los muertos que hubo en cada comunidad? ¿Son unos asesinos todos los gobiernos autonómicos socialistas o sólo el de Ayuso? Y sobre todo, ¿de quién es la culpa principal entonces de los 120.000 muertos en toda España por COVID?
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Si empezamos a echarnos unos a otros los muertos por COVID, entonces el PSOE es quien más motivos para no empezar esa guerra, porque durante las primeras oleadas de COVID resulta que fue España, entre todos los países de cierto tamaño del mundo desarrollado, campeona del mundo de COVID. Y no por casualidad. Todos recordamos que, cuando el COVID ya era una amenaza evidente, el PSOE se empeñó en no tomar ninguna medida para poder celebrar a toda costa el 8M. ¿Acaso piensa el PSOE que nos hemos olvidado de aquello?
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No sólo el 8M, que lógicamente multiplicó los contagios de la primera oleada en Madrid comenzando por medio gobierno de Sánchez,contagiado en la manifestación del 8M, es que después del negacionismo inicial llegó todo un rosario de decisiones contradictorias y erróneas. ¿Cree el PSOE que hemos olvidado todos aquellos estúpidos errores sólo porque no somos como ellos y no utilizamos como ellos a nuestros muertos?
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Cuando Rusia cerró sus fronteras con China para intentar frenar el avance de la pandemia, lógicamente empezaron a alzarse en todo el mundo, por supuesto también en España, voces invitando a pensar si no sería conveniente establecer algún tipo de control sobre la fronteras. ¿Qué es lo que hizo entonces Pedro Sánchez para proteger a los españoles? Pues aparte de NADA, reunirse con la comunidad china y acusar a los que advertían del peligro de racismo y xenofobia. Hablamos de febrero de 2020, ¿cuántas vidas no se podrían haber salvado si se hubiera empezado a hacer algo entonces? ¿Cuántas vidas no salvó Pedro Sánchez por su ceguera?
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El 13 de febrero de 2020 se suspendió el famoso Mobile World Congress de Barcelona a causa de la pandemia, pero el gobierno español una vez más desatendió los señales. La entonces vicepresidenta, después una de las primeras infectadas, presumia de la ausencia de riesgos y de que estábamos “en una situación de respuesta muy buena”. Es tomando decisiones aquí cuando se hubieran empezado a salvar vidas en las residencias madrileñas y de toda España, pero nada se hizo.
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Los acontecimientos en Italia, mientras tanto, se sucedían rápidamente. Para el día 21 de febrero se tomaban las primeras medidas de aislamiento las cuales incluyeron dejar a 50.000 italianos confinados o empezar a utilizar al ejército para poner en marcha hospitales de campaña. El día 23 se suspendían los Carnavales de Venecia o las actuaciones en La Scala. El día 25 muchos italianos ya empezaban a hacer en sus casas acopio de suministros.
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Para ese momento muchos españoles se encontraban ya alarmados por lo que estaban viendo. El 25 de febrero los diarios publicaban que las farmacias españolas se estaban quedando sin mascarillas y que la demanda en la última semana (viendo lo que pasaba en el mundo) se había disparado un 8.000%. Muchos españolitos de a pie comenzaron a comprar mascarillas casi un mes antes que nuestro flamante e imprevisor gobierno de progreso.
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Más allá del dato de las mascarillas, tan evidente era la alarma social que existía en España que a finales de febrero que los portavoces de los partidos gubernamentales y sus tentáculos mediáticos, en vez de tomar medidas ante lo que venía, se dedicaron por el contrario a mofarse de los que estaban señalando el peligro. Claro que lo que acabó pasando era posible preverlo. De hecho lo veía todo el mundo menos el gobierno.
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La hemeroteca con las meteduras de pata y la imprevisión del gobierno social-podemita es inabarcable. Faltaron mascarillas respiradores y trajes EPI porque hasta bien entrado marzo el gobierno todavía negaba que con la llegada de la pandemia fueran a hacer falta y que ya se tenía todo el material necesario.
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Ya el 3 de marzo se produjo un hecho muy significativo y es que, en los primeros escarceos del coronavirus con el sistema de salud español, quedaron 200 sanitarios en cuarentena en la primera refriega, evidenciando que hacía falta urgentemente material de protección para el personal sanitario, material que después se echó de menos en las residencias y hospitales de forma desesperada. ¿Qué se hizo al respecto ante un aviso tan claro? Absolutamente nada. Porque había que celebrar el 8M a toda costa. Una vez más es en ese momento cuando empezando a tomar medidas de contenicón se hubieran empezado a salvar vidas en las residencias madrileñas y de toda España, pero nada se hizo.
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El recopilatorio de desatinos del gobierno puede resultar hasta cruel, pero realmente es casi imposible encontrar una sola ocasión desde el inicio de la pandemia en la que el gobierno dio pie con bola. Cada vez que el gobierno no daba pie con bola moría más gente que si hubiera acertado, por supuesto.
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A todo lo anterior podría añadirse el caos con las mascarillas, primero desaconsejadas (en lo peor de la primera oleada), después obligatorias. ¿De verdad es preciso rebajarnos a lanzarnos unos a otros todos los muertos? Un artículo como este nunca se hubiera publicado si el PSOE no volviera a intentar utilizar políticamente los muertos del COVID. Esos nuertos que utiliza el PSOE para arañar unos votos son ciudadanos españoles con familias que merecen respeto.
Un comentario
El artículo integra una buena plantilla de nuestros » escudos » contra la pandemia del COVID. El tergiversador corresponsal en Roma de TVE, Sr. Mila,nos tranquilizaba mientras los bichitos revoloteaban por sus orejas.El Gran Alertador, el doctor Simón, masticaba el virus creyendo que eran almendras.No fue capaz de pronosticar ni la inmigración de las grullas en otoño.
Echo en falta un personaje, que puede ser quien está disfrazado de la muerte, tras Sanchez y Gabilondo en la foto que encabeza el artículo, esto es el entonces flamante ministro de sanidad, don Salvador Illa. No digamos que troco su papel de Salvador por el de «exterminador «. No. Pero imagínénselo ustedes, con su triste faz y figura, vestido con levita negra y sombrero de copa, haría un buen papel de » sepulturero » películas del oeste.
¡que tiempos aquellos! ¿Cómo podemos sobrevivir hoy sin las bolivarianas homilías sabatinas del gran timonel, SuperSanchez?