No deja de resultar indicativo de los tiempos que sea Gabriel Rufián el ideólogo de la izquierda que marque el discurso para resolver el problema de la vivienda. Por supuesto lo hace en RTVE y desde un programa pagado con el dinero de todos a precio de oro a su millonario presentador. Broncano por cierto no tiene problemas con el acceso a la vivienda, al igual que Rufián.
Gabriel Rufián, sobre el problema de la vivienda: “La gente que tiene pasta, pues que invierta en oro, en bolsa, en vino… Quien quiera especular con vivienda, que pague muchos más impuestos”.
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) October 21, 2025
pic.twitter.com/RgeZWRBIse
Vayamos sin embargo al discurso de fondo, en virtud del cual habría que establecer el principio de una familia una casa, y penalizar con impuestos salvajes el que alguien pueda tener una vivienda como inversión. Si los ricos quieren invertir que lo hagan en oro, en bolsa, en criptos o en vino, sentencia Rufián. Aplauso del público atronador.
Hay sin embargo algunos problemas en todo lo que dice Rufián. ¿Cuál es su modelo de país? ¿En qué país se ha implantado su modelo de acceso a la vivienda y ha funcionado bien? El sanchismo lleva gobernando España desde 2019, ¿por qué tenemos un problema con la vivienda aquí si los sanchistas ya están en el gobierno? ¿O tenemos un problema con la vivienda precisamente porque los sanchistas están en el gobierno?
De una casa de 140.000€ estamos pagando 39.000€ en impuestos.
— David | Real Estate & Bolsa (@DavidRealStocks) October 20, 2024
El 22% del precio de una vivienda son impuestos.
Si sumamos impuestos indirectos y tasas casi el 30%
Si el gobierno quiere bajar el precio de la vivienda lo tiene fácil, pero prefieren sacar tajada del problema. pic.twitter.com/jIpH8335p4
Para empezar, la idea de una vivienda una familia acaso no sea tan buena como parece, aunque pueda resultar contraintuitivo. Cuando alguien va a adquirir un bien o un servicio, tener una sóla oferta siempre es un mal negocio. En realidad, la idea buena sería una familia 5 viviendas. O sea, lo deseable sería que cuando una familia, una pareja o una persona sola fuera a buscar una vivienda, fuera en propiedad o alquiler, tuviera 5 ó 10 opciones al menos donde elegir. Es la única forma de que se establezca una puja a la baja entre quienes intentan vender o alquilar una vivienda. Por el contrario, si hay escasez de vivienda y la oferta es escasa, lo que se establece es una puja del precio al alza. Si por cada vivienda a la venta o en alquiler hay 5 ó 10 demandantes, estos tienen que pujar al alza con el resto de demandantes. Por tanto lo deseable es una familia cinco viviendas al menos, no una. Cinco por decir algo, por poesía.
El Derecho a la Vivienda consiste en pagar el máximo de impuestos en el planeta por vivir en tu propia casa 😂😂😂😂😂😂 pic.twitter.com/tw01BdaPTD
— Rguez. 🇪🇸👑🤍 (@enlacheca) May 14, 2025
Sucede además que comprar una vivienda ha sido tradicionalmente en España, y no con mal resultado, la principal forma de ahorro y de amasar un patrimonio para la mayor parte de la población. Es decir, ha sido la forma popular, no de los ricos, de ahorrar, invertir y tener un patrimonio. De hecho, si el valor de los pisos cayera un 50% tendríamos todos un grave problema financiero. Cuando unos padres fallecen, el grueso de la herencia a los hijos suele ser una vivienda, que estos venden o alquilan. No los hijos de los ricos, los hijos de casi todo el mundo, que le pregunten a Irene Montero. Perseguir fiscalmente esta realidad es perseguir al ciudadano promedio español y expoliar el esfuerzo y los ahorros de toda la vida de sus padres.

Resulta llamativo que Rufián describa como una gran peligro que llegue al poder “un Feijóo o un Abascal de la vida” y prometa “un 40% menos de impuestos para la compra de vivienda”. ¿No sería estupendo para la gente que los impuestos sobre la vivienda bajaran un 40%? Rufián es la clase de izquierdista que con tal de perjudicar al 1% más rico está dispuesto a destrozar al otro 99%. Merece la pena que la gente tenga problemas para acceder a la vivienda si así conseguimos fastidiar un poco a los ricos.
CONSTRUIR, CONSTRUIR, CONSTRUIR: España tiene un déficit estimado de 700 mil viviendas (Creación neta de hogares – viviendas terminadas). El 70% de este déficit se ha generado en los últimos cuatro años.https://t.co/yIzUlGp2Ql pic.twitter.com/CAyeEg9l2u
— Juan Luis Jiménez (@JuanLuis_JG) September 27, 2025
Existe además una grave perversión en el discurso de Rufián. Como es evidente, la vivienda es la principal inversión y mayor patrimonio a lo largo de su vida del ciudadano español. ¿Por qué alguien no va a conservar la casa de sus padres como inversión? ¿Por qué alguien no va a invertir en una casa para sus hijos? ¿Por qué alguien tiene que invertir sus ahorros en oro, bolsa, criptos o vino en vez de vivienda? Si alguien se gasta el dinero en vino en vez de en invertir en un piso para ponerlo en alquiler, habrá un borracho más y una vivienda menos para que la pueda alquilar una familia. Si una familia cualquiera en vez de en un piso, porque fiscalmente el gobierno le fuerza a ello, tiene que invertir sus ahorros en criptos, en Rolex o en vino, y se arruina con los Rolex, las criptos o el vino, ¿le va a compensar Rufián por sus perdidas? ¿Qué historial tiene Rufián como inversor para decirle a la gente dónde tiene que invertir?
Lo que pasa es que ahora mismo en España estamos construyendo literalmente MEDIA casa nueva por cada familia que se crea. https://t.co/pBQO8leTit
— Jorge Galindo (@JorgeGalindo) October 22, 2025
Rufián convertido en director de la política económica española es como Irene Montero convertida en jurista reformadora del Código Penal. El desastre es cualquier cosa menos imprevisible. Nos dicen por un lado lo importante que es en la vida y el desarrollo de un país la educación y la formación, pero después nos colocan a cualquier patán a dirigir el país. Naturalmente lo primero que hace el patán es usar el dinero de todos para construir una parrilla televisiva llena de lacayos fabulosamente pagados que le rían las gracias y le llenen el plató de un público que le aplauda el discurso. Hay que pagar impuestos sobre la vivienda para pagar a Ruiz, Intxaurrondo, Santaolalla o Broncano y que Ruiz, Intxaurrondo, Santaolalla o Broncano nos denuncien lo cara que, impuestos incluidos, está la vivienda. Como es bien sabido no todo el mundo puede pensar y aplaudir al mismo tiempo. De hecho pensar siempre es un ejercicio que estorba un poco el aplauso.
