Al hablar de crecimiento económico solemos referirnos al PIB, como la cantidad de riqueza que genera anualmente un país, o lo que crece o decrece respecto a la riqueza producida el año anterior. El PIB de España en 2024 fue de 1,59 billones de dólares en términos nominales, pero antes de seguir y para acabar llegando donde queremos hay que hacer una importante consideración más respecto al PIB.
Es importante distinguir entre el PIB nominal, o PIB a precio de mercado, y el PIB real, o PIB a precios constantes. Es decir, para calcular la riqueza real hay que tener en cuenta la inflación. Si paso de ganar 100 euros a ganar 200, pero el carro de la compra pasa de costar 100 euros a 200, parece que soy el doble de rico pero en realidad tengo el mismo poder adquisitivo y ostento la misma riqueza. Es por esto que hablar del PIB para medir si nos enriquecemos o empobrecemos sólo tiene sentido cuando hablamos del PIB a precios constantes.

Desde este punto de vista, contrasta vivamente la visión de la realidad cuando observamos la evolución del PIB en términos nominales respecto a cuando lo hacemos observando el PIB a precios constantes. ¿Es cierto que España va como una moto como una y otra vez repite el gobierno? ¿Por qué tenemos entonces la sensación de que no somos más ricos que hace unos años? La respuesta es que en precios constantes el PIB español casi no no ha crecido desde el año 2008, como puede apreciarse en los datos.

Según las cifras ofrecidas por el Banco Mundial, el PIB de España en 2008 llegó a los 1,18 millones de euros a precios constantes. En 2024 el PIB fue de 1,35 billones a precios constantes. Es decir, desde 2008 España ha crecido un 14,4% en términos reales. Hemos crecido algo en 16 años pero ni de lejos como una moto. Un 14,4% en 16 años en realidad es un resultado modesto. Normal que no nos notemos más ricos. Pero es que ese crecimiento del 14,4%, con ser modesto, además tiene truco.

Efectivamente, el PIB a precios constantes, entendido como reflejo de la riqueza nacional, ha crecido un 14,4% desde 2008, pero es que la población española ha pasado de 45,6 millones en 2008 a 49 millones en 2024. Es decir, ha crecido un 7,4%. Si el PIB fuera una tarta, significaría que desde 2008 ha pasado de ser una tarta de 100 kilos a ser una tarta de 114,4 kilos, pero que ya no nos repartimos entre 100 personas, sino entre 107,4 personas. De este modo, el resultado es que apenas hemos crecido nada en términos reales desde hace 16 años. El trozo de tarta por habitante es casi el mismo ahora que en 2008. Normal que no sintamos que la economía española avanza como una moto.

Un cálculo similar al del PIB es el que podemos aplicar al mercado de trabajo. En el año 2008 había en España 20,6 millones de ocupados, frente a los 22,3 de este año 2025. El gobierno presume de estar batiendo records de ocupación, pero volvemos a tener la sensación de que el mercado laboral sin embargo tampoco va como un cohete, por no insistir en la moto. Si en 2008 España tenía 45,6 millones de habitantes y 20,6 millones de ocupados, entonces los ocupados representaban el 45,17% de la población. Si en 2025 España tiene 49 millones de habitantes y 22,3 millones de ocupados, entonces los ocupados representan el 45,5% de la población. Es decir, que el nivel de ocupación parece de record pero en realidad es casi el mismo que hace 16 años. Y tener casi el mismo nivel de ocupación que hace 16 años es estar estancados. O como queramos llamar a estar 16 años con más o menos el mismo nivel de PIB real per cápita o el mismo nivel de ocupación.
👉 Cuando se depura el PIB per cápita hasta obtener *la renta disponible ajustada neta de los hogares per cápita* (mucho mejor aproximación contable a lo que llamamos coloquialmente 'renta per cápita'), se obtiene el siguiente gráfico para España.
— Daniel Fuentes Castro (@dfuentescastro) October 30, 2025
🧵 Y dice muchas cosas…
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Todo esto se produce en un contexto en el que además se ha disparado el nivel de endeudamiento y gracias a los fondos europeos se ha llevado a cabo una gran transferencia de renta desde el norte de Europa hacia países como España. El resultado es como mucho modesto. Si en 16 años apenas hemos crecido con viento a favor, da miedo preguntarse por lo que puede pasar cuando cambien los vientos. Y si de algo podemos estar seguros respecto a la economía es que más tarde o más temprano siempre cambian los vientos.