Mientras que la viruela pudo ser erradicada, Enrique Goñi sigue maquinando y haciendo cositas desde la sombra. El Moriarty de la banca no sólo consiguió sobrevivir a Caja Navarra incrustado en Caixabank, tras absorver esta a Banca Cívica, sino que continuó su vida de enredos en CoCiudadana y más recientemente en la Fundación Hermes, una institución sin ánimo de lucro que trabaja, supuestamente, por la defensa de los derechos digitales del ciudadano común, ¿qué otro nombre le pondría Moriarty a su organización o qué otro fin social abanderaría de cara al exterior? Sin embargo, la defensa digital de los derechos del pobre ciudadano parece que pasa ligeramente por servir de ejecutor de Moncloa y cargarse a Pallete para ayudar a Sánchez a controlar Telefónica. La libertad digital y los derechos cívicos esenciales ganan mucho por lo visto conforme más controla el poder a los medios.
El banquero oculto de Moncloa y 'la Caixa' en la destitución de Pallete.
— El Confidencial (@elconfidencial) March 17, 2025
Lo contamos en una nueva entrega de #IbexInsider https://t.co/AL3VHE2BgN
El caso es que, según relata El Confidencial, tres fueron los ejecutores que le comunicaron en Moncloa a Pallete su relevo al frente de Telefónica la tarde fatídica. Como es bien sabido, Sánchez ha usado el dinero de todos para que el gobierno, a través de la SEPI, controle el 10% de Telefónica, pero es que el gobierno también controla el 18% de Caixabank a través del FROB, y a su vez Caixabank controla el 10% de Telefónica a través de Criteria. Total, que entre una cosa y otra Moncloa controla directa o indirectamente al menos un 25% de Telefónica, suficiente para poner al frente de Telefónica a la persona que quiera. Colonizar todas las instituciones y todas las empresas es a fin de cuentas una de las principales señas de identidad del sanchismo, para obtener el poder absoluto, sin reparar en los medios ni cuestiones de escrúpulos. Parece que para llevar a cabo este tipo de misiones Moncloa cuenta con agentes de la más elevada calificación ética y más intachable trayectoria empresarial como Enrique Goñi, que en defensa de los derechos digitales de la plebe ejecuta con la frialdad de un Terminator los deseos de Sánchez para obtener el poder digital absoluto.

En la llegada de Goñi al equipo de ejecutores de Moncloa parece que ha jugado un rol importante la cercanía del antiguo director general de Caja Navarra con Santos Cerdán, puño derecho de Sánchez. Goñi mantendría una relación fluida con Cerdán desde los gloriosos tiempos de las dietas de la CAN, la salida a bolsa de Banca Cívica y la dilución catalana final de todo el invento en Caixabank. No todo el mundo quedó destrozado en aquel porceso, Goñi consiguió sobrevivir, extraordinariamente remunerado, en calidad de adjunto al presidente de Criteria Caixa. Pero no todo en la vida es ganar dinero, lo más entretenido de vivir en los aledaños del poder es la capacidad de enredar y conspirar por un mundo mejor, que naturalmente siempre comienza por un mundo mejor para uno mismo.

Para poder defender en esta nueva era los derechos digitales de la gente y empoderar a la ciudadanía, o para seguir manteniendo contactos y conspirando en las altas esferas de poder desde la sombra según otros observadores, Goñi montó la Fundación Hermés a cuyo nutrido grupo de asesores incorporó personajes tan significativos como Iván Redondo, Joseph Oughourlian, José Miguel Contreras o el mismísimo Marc Murtra, el hombre finalmente señalado por el dedo de Sánchez para sustituir a Pallete al frente de Telefónica. Irónicamente, Telefónica era una de las empresas que financiaba a la Fundación Hermés, por lo que puede concluirse que Pallete ha pagado el cuchillo que lleva clavado entre los homoplatos. Oughourlian tampoco haría mal en volverse a ver otra vez entera Juego de Tronos.
Todo lo anterior dibuja una trayectoria vital llamativa. De ser algo así como el primer banquero woke y un Midas inverso, Goñi ha pasado a ser el Chacal de la Moncloa. A su paso han quedado instituciones arruinadas, dietas pagadas para comprar silencios y accionistas defraudados como compradores de humo, pero Goñi ha sobrevivido a todo. En realidad puede que haya un parecido entre Goñi y Sánchez que haga que estos dos personajes se reconozcan, simpaticen e intercambien apuntes para sus manuales de resiliencia. Otra cosa, aparte de comprobar que el director de CAN y es presidente de Banca Cívica sigue en plena forma, es que tengamos que creernos que la defensa de la libertad digital de los ciudadanos pueda quedar en manos de sujetos como Sánchez o como Goñi y su Fundación Hermes. Por el contrario, qué mayor señal de peligro para nuestra libertad digital que saber Enrique Goñi es uno de los encargados de defenderla.