El último boletín de Institución Futuro vuelve a encender la alarma sobre el crecimiento del gasto público en los últimos tiempos, concretamente desde el fin de la gran crisis entre 2008-2015 y la llegada de los gobiernos del cambio. ¿Son exageradas las advertencias de Institución Futuro? Juzguen ustedes mismos, a la vista del dato de que el Presupuesto que gasta anualmente el Gobierno de Navarra ha subido desde 2016 nada menos que un formidable 80,1%.

El citado boletín aporta un dato adicional y es el de la satisfacción de los navarros con la prestación de los servicios públicos. Los datos en este caso no se retrotraen hasta tiempos tan lejanos como 2016 pero sí que se aprecia con claridad que la percepción de la calidad de los servicios desde 2021 se encuentra estancada cuando no cae. No hay por tanto una correlación, ni remotamente, entre el aumento del gasto y la calidad de los servicios. Y esto cuando estamos ante una subida del gasto no pequeña, sino nada menos que del 80% del Presupuesto. A gastar mucho más por no prestar un servicio mejor lo podemos llamar simplemente mala gestión.

Existe otra cuestión a considerar y es que el crecimiento de la riqueza general de Navarra, medida en términos de PIB, ni remotamente tampoco ha corrido paralela al aumento del gasto del gobierno. Frente al aumento de gasto del 80,1%, el PIB en ese tiempo sólo ha crecido un 32%.

¿Qué significa que el gasto del gobierno crezca mucho más que la prosperidad económica? Pues que el gobierno nos empobrece. Cada vez nos cuesta más esfuerzo sostener el gasto del gobierno porque el gasto del gobierno crece mucho más que nuestra riqueza, por tanto el gasto del gobierno cada vez representa una cantidad mayor de nuestros ingresos. El gasto del gobierno crece muy por encima de lo que crece la economía, por tanto exigiendo cada vez mayores esfuerzos a los ciudadanos y de una forma escasamente sostenible. ¿Puede ser peor? Sí, puede ser que además todo ese aumento de gasto como veíamos no se refleje en la calidad de los servicios.
Cabe añadir que esta situación se está produciendo en un contexto en el que o bien ha habido años de mucha bonanza, como los que siguieron a 2016, o bien como en la pandemia fueron años en que hubo capacidad para inyectar a la economía desde el exterior estímulos apabullantes y artificiales. Tras el parón de la pandemia y por el efecto presa, hubo además un gran crecimiento al volver a abrirse los mercados y terminar las restricciones y los confinamientos. ¿Qué estamos viendo ahora de hecho? Una inflación de los precios (en parte reflejada por los datos oficiales y en parte no) y un empobrecimiento general de la población derivada de todos los estímulos monetarios de los gobiernos y de toda la deuda que se está multiplicando para poder sostenerlos. Es decir, los bancos centrales y los gobiernos no financian la deuda ni los fondos Next Generation o similares, ni en general todas las medidas de estímulo, con un dinero particular que no tienen, sino imprimiendo dinero o como queramos llamar a lo que hacen ahora que la creación de dinero es electrónica. El resultado es que las cosas cada vez valen más no porque se encarezcan las cosas, sino porque cada vez vale menos el dinero. Y cada vez vale menos el dinero porque cada vez se “imprime” más para estimular artificialmente las economías que cada vez tienen que soportar más gasto del gobierno.
🛒La inflación interanual de los alimentos se sitúa en mayo en el 2,1% en nuestro país.
— Datadicto📊 (@datadicto_es) June 15, 2025
👇Así se vería la evolución desde el año 2002: pic.twitter.com/Mq88eOVeuZ
De lo que podemos estar seguros porque es lógico y porque nunca se ha visto otra cosa en la historia es que esa burbuja de gasto y de estímulos artificiales más tarde o más temprano acabará reventando. Cuanto más tarde, más dura será la corrección. Y entonces, ¿qué hacemos con toda esta estructura de gasto público que hemos estado creando? Cuando retrocedan la economía y la recaudación, ¿cómo mantenemos en pie todo el tinglado? Y si recaudando 100 nuestros gestores no son capaces de mejorar la calidad de los servicios, ¿que pasará cuando sólo recauden 70? En el mundo real hay veranos e inviernos y fuera del gobierno hay cigarras y hormigas, pero tenemos un problema si en el gobierno sólo hay siempre cigarras.