No hay ni un medio de izquierdas que haya salido a criticar las medidas liberticidas anunciadas por Sánchez. Esto significa que ningún medio de izquierdas se siente amenazado por Sánchez, que las medidas represoras de Sánchez se refieren solo a los medios de derechas, y que a los medios de izquierdas, tan demócratas ellos, les parece bien la persecución de los medios de derechas.
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Naturalmente no propones dotar al gobierno o a una mayoría parlamentaria de poderes casi absolutos para controlar los jueces y los medios si esperas tener que entregar alguna vez el poder a otro gobierno u otra mayoría. Si no por amor a la libertad, un mínimo egoísmo inteligente aconseja no entregar al gobierno o a la mayoría un poder absoluto del que después puedes ser víctima tú mismo al perder el poder. Podría pensarse que Sánchez y los suyos ni son demócratas ni son egoístas inteligentes, pero la realidad es peor. Están anunciando recortes a la libertad de expresión y recortes a la independencia judicial que no piensan tener que padecer en caso de un futuro cambio de gobierno, porque se trata de un ataque de tal calibre a la libertad que precisamente tiene como objeto evitar un futuro cambio de gobierno.
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A Sánchez resulta que tampoco le gustan los digitales y los considera una amenaza para la libertad. Prefiere por lo visto la prensa vegetal, aunque esté desfasada y en la ruina. Pero precisamente eso es lo que probablemente le gusta a Sánchez de la prensa vegetal: que esté en ruina. Una prensa en la ruina depende de los fondos, los préstamos y las ayudas del gobierno para poder sobrevivir. Por consiguiente una prensa en la ruina es dependiente del poder.
Un acuerdo del Consejo de Europa insta a Sánchez a entregar todos los datos económicos de Begoña Gómez #PSOEhttps://t.co/DC8cbqoBC9 vía @eldebate_com
— TB (@_Bedeta_) April 23, 2024
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Resulta llamativo que, para justificar su ataque frontal a la libertad, Sánchez se presente a sí mismo como un defensor de la verdad. ¿Hay sin embargo alguien más incompatible que Sánchez con la verdad? La hemeroteca de Sánchez es apabullante, aunque a sus seguidores les de igual. No pactaré con Bildu. No pactaré con Podemos. No pactaré con el independentismo. No habrá indultos. No habrá amnistía. Si quiere se lo repito 20 veces. Traeré a España a Puigdemont para ponerlo frente a la Justicia… No son Pedro Sánchez ni el PSOE los más indicados para encabezar una cruzada contra la mentira, claro que decir que encabezan una cruzada por la verdad sólo es su última mentira. Lo que encabezan es una operación de demolición de la democracia y la libertad.
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Fango, por no hablar de otra sustancia blanda, viscosa, pegajosa y maloliente, es lo que el PSOE y sus socios, por cuenta propia y a través de sus altavoces mediáticos, manejan constantemente para desacreditar y criminalizar a sus rivales. Al parecer, según se deduce de sus palabras, no hay ni un partido que se oponga al sanchismo que sea democrático. Tanto el PP, como Ciudadanos, como UPN, como VOX han sido tachados en algún momento, si no reiterandamente, de fascistas o franquistas por el entramado sanchista. Ayuso es una asesina de ancianos y una corrupta. Feijóo es un títere de los narcotraficantes gallegos. Abascal es un hitleriano. El sanchismo no reconoce como demócrata a ni un rival político. Es más, es que no reconoce a ni un rival que no sea un delicuente o no debiera estar en la cárcel. ¿Qué más hace falta para darse cuenta del pelilgro de que el sanchismo tome por asalto el poder judicial?
🔴 Pablo Iglesias incendia la precampaña en Madrid: "Ayuso acabará imputada y en prisión" https://t.co/NYjoZiEo7J
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) March 19, 2021
Si el penúltimo bulo de Sánchez fue que no habría amnistía si ganaba las elecciones, el último ha sido precisamente que suspendía su actividad 5 días y se planteaba abandonar la presidencia por una crisis personal y sentimental. Ahora queda en evidencia que estaba perfectamente y que mintió y utilizó el sentimentalismo para victimizarse, aparentando una situación humanamente insostenible. Hace cinco días no podía aguantar más y ahora dice que puede aguantar sin ningún problema toda la legislatura y todas las legislaturas más que le pongan por delante. Todo era parte de una campaña para cargar contra los jueces, la oposición y los medios de comunicación. Todo estaba planeado con precisión: el anuncio, la falsa crisis personal para victimizarse, los 5 días de espera movilizando a su gente en demanda de medidas extremas contra los críticos del sanchismo, las preguntas del CIS, el periplo por TVE y la SER, el catálogo de medidas contra la justicia y la libertad de expresión.
🎙️ Pedro Sánchez: "Estoy con ánimo para estos tres años de legislatura y para los que quieran los españoles con sus votos"
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— Hoy por Hoy (@HoyPorHoy) April 30, 2024
La extraña premisa de Sánchez en este día 2 del punto y aparte a la democracia decretado este lunes, es que para cuidar y mimar la democracia hay que acabar con la oposición, con la separación de poderes y con los medios libres de comunicación. Sánchez pretende que un régimen en que el gobierno puede ser atacado no es una democracia, cuando precisamente eso es una dictadura y democracia es todo lo contrario. El problema es que Sánchez cree que la democracia no es un sistema, sino que la democracia es su persona, y que todo lo que él hace, como su persona es la democracia, es democrático, y que cualquier ataque a su persona es un ataque a la democracia.
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Sánchez sostiene que la causa de la degradación de la democracia es la existencia de la derecha. Tenemos al frente del gobierno a un sujeto que por lo visto pretende que la democracia y la convivencia no se basan en respetar al otro, sino en eliminar al otro. Si no existieran los que no piensan como yo, se acaba la discusión, el mal ambiente y la crispación. Efectivamente con Franco, Castro o Stalin no había discusiones ni crispación. Defender la libertad es defender la libertad de los que no piensan como tú, porque defender la libertad de los que piensan como ellos también lo hacen los tiranos. En este sentido quizá hemos sobrevalorado la falta de lío y debate. Por lo menos mientras haya lío y ruido y debate estaremos seguros de que sigue habiendo libertad.
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