Hoy es el día en que Feijóo se presenta a su investidura y mañana, previsiblemente, el día en que Feijóo acaso se entere al fin de los resultados electorales del 23 de julio, que ya va siendo hora también. Guiado por su valioso grupo de asesores, el líder popular lleva dos meses repitiendo machaconamente que el Partido Popular ha ganado las elecciones, que los demás partidos deben reconocer su victoria y que él debe ser presidente. El problema es que las cifras no dan. Es como si Feijóo y su valioso grupo de asesores tuvieran problemas a estas alturas para ubicar a cada partido dentro o fuera del sanchismo. Si realmente te crees que Pedro Sánchez es un tipo sin escrúpulos capaz de traicionar lo que sea a cambio de la presidencia, entonces no puedes dudar de que conseguirá los apoyos necesarios para su investidura. De hecho es probable que ya haga tiempo que tenga pactados esos apoyos.
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Naturalmente puede tener sentido presentarse a una investidura aunque a priori no se cuente con los apoyos necesarios. Es una maniobra que puede salir bien o puede salir mal. O sea, no necesariamente tiene que ser para mal. Lo malo es que el PP criticó duramente la idea de VOX de proponer a Tamames como candidato en una moción de censura porque no tenía los apoyos necesarios para ser investido, como Feijóo. Desde el Partido Popular y su entorno mediático la idea de proponer un candidato sin los apoyos necesarios era poco menos que una payasada, una pantomima contraproducente, un show, incluso un desdoro para la seriedad de las instituciones. Presentar un candidato que no podía ganar no iba a servir más que para reforzar a Sánchez y escenificar la impotencia minoritaria de la oposición contra el sanchismo. ¿Por qué ahora no es igual con Feijóo? Es decir, mucho hablamos de los bandazos y cambio de opinión de Pedro Sánchez, pero a veces tampoco están mal los del Partido Popular y Feijóo.
Feijóo califica de "show" la moción de Tamames y confirma la abstención del PP
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Ante la evidencia de que carece de los apoyos necesarios, el PP viene pidiendo estos días un voto en conciencia a los diputados del sanchismo. Esto es presentarse esperando un milagro. O una traición. Desde luego los milagros a veces suceden, las traiciones no para de haberlas, y hay que crear el escenario en el que el milagro o la traición puedan suceder. El problema es que no será la primera ni la segunda vez que el “milagro” aparece de repente dado la vuelta como un calcetín. Véase por ejemplo el caso de la reforma laboral y el inefable diputado popular Alberto Casero. O el de la ley sueltavioladores del “sólo sí”, apoyada erroneamente por varios diputados del PP. En el caso de la persecución de los provida que informan a la mujer sobre sus alternativas a la puerta de los abortorios, 79 de los 88 diputados del PP apoyaron esta persecución por error. O sea, que lo mismo nos encontramos con que Feijóo no sólo no consigue un voto más de los 173 previsibles, y que ningún socialista vota en conciencia contra Sánchez, sino que algún diputado despistado del PP aún refuerza la mayoría sanchista. El milagro esperado, pero al revés.
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Aunque recordar ahora sus errores puede parecer un intento de burla al PP, lo cierto es que resulta un tanto preocupante esta cuestión. Si a Feijóo se le escapa algún diputado otra vez por error sería un bochorno. ¿Y por qué tanto error? Una explicación sería la de que algunos diputados a lo mejor no se toman lo bastante en serio su trabajo, o el objeto de sus votaciones, y pecan de falta de interés y concentración. Otra explicación, acaso más preocupante, es que a veces la posición del PP resulta tan vacilante respecto a ciertoss asuntos que lo mismo puede esperarse que vote en contra o a favor. En consecuencia, a los diputados populares no les llama mucho la atención o se les bloquea la cabeza pensando que tal o cual cosa pueda ser un sí en vez de un no. ¿O qué explicación tiene lo de los abortorios?
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La derrota de Feijóo, por otro lado, puede producirse tras un proceso que puede dar la impresión de una versión fallida de lo mismo que va a hacer Pedro Sánchez con éxito. Es decir, el PP ha estado negociando los apoyos a Feijóo con el PNV y con Junts legitimando por tanto estos apoyos cuando se decanten por Sánchez. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Realmente pensaba que iba a tener esos apoyos? ¿A cambio de qué? ¿Cómo le va a reprochar el PP a Sánchez que negocie con PNV, con Junts o con partidos que sólo son tan separatistas y golpistas como el PNV y Junts? Más que una alternativa a Sánchez, Feijóo puede acabar pareciendo una especie de Sánchez fallido, una versión homeopática de Sánchez, igual que el PP a menudo parece una versión homeopática del PSOE. Obviamente la gente o rechaza el original o prefiere el original.
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El fracaso de Feijóo en la investidura podría tener una derivada imprevista si, como no parece imposible, debilita en vez de fortalecer al PP. En el centro derecha cunde la sensación de que el PP no está librando la batalla contra el sanchismo con su mejor alineación posible. El equipo B del PP es mejor que el equipo A de Gamarra, Pons, Sémper y Feijóo. No tiene sentido librar la batalla contra el sanchismo y seguir perdiendo con los quintos o sextos mejores en el campo de juego y las estrellas en el banquillo. Como poco a Feijóo se le pueden juntar tres factores en contra: un resultado electoral por debajo de las expectativas, un fracaso en una investidura en la que se ha empeñado personalmente y la sensación de que hay una candidata y un equipo alternativo que sería mejor que Feijóo. ¿Por qué se produce esta investidura condenada al fracaso? Puede que Feijóo sólo esté retrasando la asimilación de la derrota electoral el 23J porque tiene miedo de no sobrevivir a esa derrota. ¿O cómo se explica si no que la cúpula del PP, cuando todo el electorado del centro derecha se fue desolado a la cama la noche del 23J, aún no se haya querido enterar del resultado? Mejor que el PP al menos ensaye esta vez bien lo de apretar el botón, o a la derrota tendrá que añadir además la humillación.
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3 respuestas
Valdría con unas 4 abstenciones el viernes próximo, el milagro puede darse. Y si no, o elecciones o 4 años de infierno pero ya desatado.
Presentar a Tamames fue una pasayasada muy representativa del régimen del 78
Excelente artículo.
A ver si la gente al fin se da cuenta de quien es Feijoo.
Se ha terminado de cargar al PP.