La proliferación de ikurriñas en Navarra al paso de la Vuelta a España no es espontánea

Colocar la ikurriña en todas partes, como los carteles bilingües, no es en Navarra una obsesión gratuita del nacionalismo. Se trata de que la imagen de Navarra reflejada en el espejo nacionalista acabe sustituyendo a la Navarra real. Hay que aparentar que Navarra es euskaldún y que Navarra forma parte de Euskadi antes de que realmente sea parte de Euskadi o euskaldún, precisamente para que lo sea. En el pueblo del euskera casi nadie habla euskera, en Navarra casi nadie quiere la anexión a la CAV, pero no se trata de reflejar la realidad sino de transformar la realidad. No se trata de que el gobierno refleje la forma de pensar de los navarros sino de que los navarros reflejen la forma de pensar del gobierno. Es cuestión de dinero, de tiempo y, para que nadie dispute al nacionalismo el monopolio del paisaje, también de una cierta dosis de amenaza y violencia que no sea (no interesa ahora) llegar a matar.

No se puede perder por tanto una ocasión como la Vuelta Ciclista a España y el impacto mediático que significa para llenar de ikurriñas ciertas partes del recorrido. Interesa sin embargo señalr que no se trata de un fenómeno popular y espontáneo, o no sólo. Es decir, habrá a lo mejor quien salga con su ikurriña por propia iniciativa, pero hay también un movimiento perfectamente organizado.

El nacionalismo tira de sus chiringuitos para llamar a la ostentación de ikurriñas en el recorrido sin que parezca una iniciativa partidista. Para eso sirven casi todos los chiringuitos regados con el dinero público, para que los partidos puedan actuar en tal o cual ámbito pero de forma indirecta, pareciendo que no son ellos los que protestan, rechazan, exigen o convocan. Es la forma de disfrazar de populares las iniciativas de partido.

El hecho sin embargo es que el reparto de ikurriñas y su presencia en el recorrido no se deja al azar ni se abandona a la mera iniciativa popular. Las banderas se encargan por miles y se reparten en furgonetas. Se establecen puntos en los que se reparten y en los que los simpatizantes se las llevan dejando una pequeña fianza. Así se construye la imagen que después ofrece Navarra a toda España a través de la Vuelta u otros eventos de masas. Hace falta dinero, hace falta organización, hacen falta recursos. Y todo eso, ¿quién lo paga? La respuesta habitual en estos casos siempre suele ser que quien se lo está preguntando. Y después que por qué avanza el nacionalismo.

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Comentarios (1)
  1. El NEcionalismo se paga de nuestros impuestos. Cuando supuestamente apoyas iniciativas a favor de ese idioma en estado vegetativo lo que hacen es desviar dinero para su ideología política. Hasta que no se les corten todas las vías de tobar dinero público seguiremos teniendo que soportar la intromisión del NEcionalismo en todos los ámbitos de nuestras vidas.

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