Ultrayolanda

Desde hace algún tiempo en España, allá donde gobierna la izquierda, comenzando por el propio gobierno central, se empieza a repetir con cierta frecuencia el discurso de que la derecha ya no a poder volver al gobierno. Se lo oímos decir al entonces vicepresidente Pablo Iglesias y desde entonces lo hemos vuelto a escuchar varias veces, ayer mismo a Yolanda Díaz, la cara “amable” del comunismo.

Agradecemos la sinceridad de Yolanda Díaz; “Le garantizo que jamás van a gobernar este país, pero si llegasen a gobernar, ustedes sí que iban a tener huelgas y movilizaciones masivas"

Quizás por esto quieren modificar la #LeyDeSeguridadCiudadana, no?#NoALaInseguridadCiudadana pic.twitter.com/EAehbmpYCL

— JUPOL (@JupolNacional) December 15, 2021

Ayer mismo también, Podemos, Bildu, ERC y el resto de demócratas y pacíficos centristas asociados al gobierno del PSOE celebraban un acto en el Congreso en apoyo de todos los radicales violentos de la ultraizquierda condenados en los últimos tiempos, desde los “txabales” de Alsasua a los agresivos boicoteadores de un mitin de VOX en Zaragoza. Esto segundo vendría a ser por consiguiente tanto una confirmación como una ejemplificación o anticipo de lo primero.

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España | Podemos asume como víctimas a los condenados de Alsasua y Zaragoza ➡ La oposición lo considera un intento de «presión» a los jueces y un «aquelarre». Por @rocy__92
https://t.co/JEuGOTh3oh

— La Razón (@larazon_es) December 15, 2021

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A todo esto habría que añadir la nueva ley de inseguridad ciudadana redactada a la conveniencia de los grupos violentos y radicales cuyas acciones no condenan partidos como Bildu o Podemos, que literalmente desarma legal y materialmente a la policía y abonaría una estrategia de violencia callejera contra un gobierno de la derecha.

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El comunismo es totalitario o no es comunismo.pic.twitter.com/F9qniiix23

— Yasujiro (@Yasujir32534413) December 15, 2021

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Que se desate una oleada de violencia callejera cuando no gobierna la izquierda es algo que hemos visto recientemente en Chile o en Colombia, pero también en los EEUU. Las ciudades dejaron de arder tan pronto como los demócratas regresaron al poder. No nos enfrentamos por tanto a un fenómeno local ni tercermundista, sino a un fenómeno creciente y global. No se puede dudar ya, porque hasta los líderes de la izquierda lo anticipan, que en el supuesto de que la derecha llegara al poder estallaría la paz social y las calles comenzarían a arder. La pregunta es si tenemos que normalizar esta alternativa de que o gobierna la izquierda o se desata la violencia en las calles y si esto tiene algo que ver con la democracia, la aceptación de los resultados electorales y la alternancia pacífica en el poder.