Jorge Nagore Frauca, el columnista del Noticias, es el hermano de Guillermo Nagore Frauca, el Jefe del Gabinete del consejero de Políticas Migratorias y Justicia, que antes de llegar al gobierno calificó al PSOE como “una puta banda”. La trayectoria del hermano columnista, sin embargo, resulta mucho más interesante, aunque también tiene un pasado como jefe de gabinete. En esta ocasión, el objeto de nuestra reflexión es un artículo recién publicado bajo el título “Joder que si hace falta el 8-M”. El título resulta suficientemente ilustrativo pero vayamos al contenido.
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Se refiere el hermano columnista en su artículo a una intervención del parlamentario de Navarra Suma Pedro González, ex director general con UPN de Formación Profesional y Universidades y orientador escolar en colegios de la Ribera, el cual durante una intervención osó referirse a Irene Montero afirmando que “es ministra por ser la chica del macho alfa”.
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Semejante frase provoca la indignación de Nagore que como padre de un niño en edad escolar confía “en que exista la objeción de conciencia: si mandan a este ser al colegio público donde estudia mi hijo exijo que no le dirija una sola palabra, que se las guarde para los de su cuadra”. Vamos, que le convence la idea del PIN parental. Al menos para él, claro está.
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La acusación al diputado de UPN y otros, por supuesto, es un pecado de machismo (“permanecen instalados en el machismo más idiota”). Se puede criticar a doña Irene Montero, por supuesto, pero no hacerla de menos atribuyendo el mérito de su cargo a ser la mujer del macho dominante del partido.
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Asegura Nagore que contra Podemos, “socialismo light” según el articulista, “se puede usar –y se usa– todo aquello que jamás se ha usado contra otros”. Contra Ana Botella, cita por ejemplo. Y es que la izquierda está a otro nivel: “la izquierda será lo que sea, pero al menos públicamente no ha funcionado con los parámetros rancios con los que está funcionando esta derecha cejijunta alimentada por unos medios de comunicación echados al monte contra “los comunistas”.
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La conclusión final es que el ataque contra Irene Montero por ser la mujer de Pablo Iglesias es la prueba del nueve por si había alguna duda de hasta qué punto hace falta celebrar el 8M, joder.
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La tesis del articulista, en definitiva, es que un hombre o una lesbiana pueden enchufar tranquilamente a sus parejas porque denunciarlo sería machismo. Otra tesis es que Irene Montero, habría llegado a ministra de igual forma caso de no ser la mujer de Pablo Iglesias. Obviamente Nagore puede pensar lo que quiera, incluyendo que es un machista quien tenga sus dudas. Lo que no puede pensar es que la izquierda nunca haría una acusación equivalente, que contra Podemos vale todo y que nunca se dijo lo mismo de Ana Botella, porque sería totalmente desmentido por el líder de Podemos, marido de Irene Montero, hablando de Ana Botella:
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Que dice Iglesias que Ana Botella está desacreditada políticamente por ser "esposa de"… pic.twitter.com/YAjBpnx5ft
— Partido Popular (@populares) June 15, 2017
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Lo del socialismo light de Podemos, aunque sea desviarse un poco del caso, también merece un apunte. Cuando Pablo Iglesias forma parte de un grupete que sale a un escenario con una bandera de la URSS, o cuando su partido se congratula en Twitter por la figura de Castro y la persistencia de la dictadura cubana, o cuando un ministro se pone un chándal de la RDA para hacer una paella, efectivamente es posible pensar que Podemos es un socialismo-light, pero para eso hay que reubicar también al resto estableciendo que la ETA es la sociademocracia radical, que Pedro Sánchez es una derecha relativamente exaltada, que Ciudadanos es el partido nazi y que Hitler era una versión moderada de Casado. No nos queda ya escala para ubicar a Abascal.
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Dicho todo lo anterior, si la justificación de la necesidad del 8M era que hay gente que piensa que Irene Montero es ministra por estar casada con Pablo Iglesias y eso es todo, pues a lo mejor sí que es verdad que no hace mucha falta celebrar el 8M. O sea, seguro que todavía queda en alguna parte un buen argumento para defender el 8M desde el punto de vista del feminismo. Menos ese, joder.
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