El pauperismo de la izquierda

Los ricos, los cayetanos, los pijos, los de arriba… la izquierda vive instalada en un discurso en el que la riqueza es el mal. Para que a alguien le sobre algo se lo tiene que haber quitado a otro. La causa de la pobreza de medio mundo es la riqueza del otro medio. Si un meteorito destruyera la mitad del mundo más rica, automáticamente de la otra mitad del mundo desaparecería la riqueza. La izquierda, a falta de meteorito, existe para revertir la injusticia quitando a los ricos su dinero y redistribuyéndolo entre los pobres.

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Cuánta riqueza hay en el mundo

En otro momento podría discutirse si existe siquiera un grano de verdad en la idea izquierdista de que si uno tiene más que otro es que se lo ha robado. Esta idea claramente parte de la premisa de que la riqueza en el mundo es un juego de suma cero. Es decir, la riqueza sería una constante y para que uno se enriquezca un poco otro tiene que empobrecerse en la misma medida. Para que uno se enriquezca mucho otros tienen que empobrecerse mucho. Ahora bien, ¿es la riqueza mundial una magnitud constante? ¿Existe siempre la misma cantidad de riqueza en el planeta? ¿La riqueza mundial es hoy la misma que hace 50 años o que hace 1500? Más aún, si el 1% de la población ya tiene el 99% de la riqueza, cosa que por otro lado es falsa, ¿cómo es posible que siga creciendo su riqueza? Si alguien quiere más cocos, ¿se los roba a un pobre o planta más cocos?

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Es malo no ser pobre?

El pauperismo tiene su origen en el latin pauper (pobre). La RAE define el pauperismo como la situación persistente de pobreza. Pero más allá de ello el pauperismo es también una corriente de pensamiento. Conscientemente o no, la izquierda predica el pauperismo. O sea, para la izquierda ser rico implica una tacha moral y ser pobre una virtud. Los ricos son malos. Hay que elegir entre ser pobre o hijo de puta. La izquierda predica en el fondo la pobreza. Es decir, no sólo es que la izquierda consiga como resultado de sus políticas la pobreza generalizada, sino que en el fondo es lo que predica, luego hasta cierto punto es lógico que lo consiga. Si ser rico es malo, lo que hay que intentar en la vida es ser pobre y que todo el mundo sea pobre. A más pobre mejor persona.

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A que conduce el pauperismo?

Más allá de la absurdez implícita en el discurso, lo cierto es que el pauperismo y predicar la pobreza tiene un efecto devastador sobre la prosperidad y el progreso. Un pueblo convencido de que prosperar es malo difícilmente podrá prosperar, salvo haciendo un importante alarde de incoherencia. Por otro lado prosperar a veces no es fácil ni queriendo, como para prosperar queriendo ser pobre. Ser pobre queriendo es en realidad bastante fácil. Otra cosa es que la gente pobre quiera ser pobre, lo que a su vez es un problema al que se enfrenta a menudo la izquierda, particularmente sus líderes. Ya vemos por ejemplo cómo Pablo Iglesias e Irene Montero han traicionado su discurso. ¿Pero es que acaso ellos no tienen derecho a vivir en un casoplón? Pues claro que no, por todo lo expuesto, salvo que cambien radicalmente de discurso.

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Predicar la pobreza resulta por consiguiente un riesgo tremendo para cualquier sociedad. Desincentiva totalmente el esfuerzo y la asunción de riesgos. ¿Qué sentido tiene esforzarse para ser un malvado rechazado y marcado por la mayoría social de progreso? Para seguir siendo pobre, además, no hace falta hacer nada. Una sociedad no haciendo nada constantemente está condenada a la pobreza.

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Si, por otra parte, la izquierda acabara con la pobreza, se quedaría sin discurso. La izquierda necesita que haya pobres y cuantos más mejor. Todo su discurso va dirigido a obtener el apoyo de los pobres. Si desaparecen los pobres la izquierda se queda sin apoyos. La izquierda se autodestruiría acabando con la pobreza. Hay que reconocer no obstante que difícilmente la izquierda puede acabar con la pobreza y autodestruirse. Malamente lo haría ni aún pudiendo, pero da la impresión de que la izquierda sencillamente no puede acabar con la pobreza porque es incapaz de ello, porque predica el pauperismo y porque en general todas sus ideas van destinadas a acabar con los ricos y no con los pobres. No tienen ni idea de cómo crear riqueza. No hay ni un sólo modelo izquierdista en la historia que no haya generado pobreza. Pero a fin de cuenta ya vemos que es lo que en el fondo predican.

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Por lo demás, ser rico no es malo. Ser una persona capaz de generar una enorme riqueza en realidad es muy bueno. Es casi imposible que una persona genere riqueza, ni queriendo, sin que eso repercuta a su alrededor. Sólo generando riqueza se puede después hacer algo bueno con ella. Con la riqueza que no se genera, nada se puede hacer. Podríamos llegar a concluir que una gran riqueza quizá implique una gran responsabilidad. Enriquecerse no es malo, qué hacer con la riqueza pues a lo mejor ya depende. Si hay pobres no es por culpa de que haya ricos, pero habiendo ricos y pobres parece razonable y moral echarles una mano. O promover cambios en el pensamiento y la manera de organizar la sociedad para que haya menos pobreza. Pero echar una mano también puede ser una cuestión opinable y para uno echar una mano puede ser entregar un pez y para otro entregar una caña. Lo malo entonces no es ser rico sino ser egoísta, insolidario, despiadado o cruel. Por lo demás también un pobre puede ser egoísta, insolidario, despiadado o cruel. Pero por eso mismo lo que tiene sentido predicar en general no es el pauperismo sino la bondad. Según el modelo económico que elijamos probablemente el mundo funcione mejor o peor, pero en cualquier caso ningún modelo económico es perfecto. No es el modelo económico el que hace mejores a las personas sino las personas las que hacen mejor el modelo económico. Incluso un modelo económico muy malo será más habitable si la gente es bondadosa pero tampoco podemos caer en un falso dilema. Lo deseable es un modelo económico que funcione en el que puedan vivir personas bondadosas. En realidad el falso dilema lo propone la izquierda. Es posible vivir en un mundo en el que no haya pobreza y haya bondad. Es terrible pensar lo contrario como los pauperistas. La diferencia entre un pauperista y un populista es que el pauperista se cree su discurso mientras que el populista sólo pretende utilizar a los más desfavorecidos para llegar al poder.

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Comentarios (1)
  1. De Navarra says:

    Año 1976, Conversación entre Mario Soares (Primer Ministro de Portugal) y Olof Palme (Primer Ministro de Suecia).
    Mario Soares: “En Portugal vamos a acabar con los ricos”.
    Olof Palme: “Pues nosotros, en Suecia, estamos intentando acabar con los pobres”.

    En España, si perdura el actual gobierno social-comunista, no se acabará con los ricos (lo serán los gobernantes), pero si acabarán con los pobres (física, paulatina y, posiblemente, de hambre).

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