Dicen que la mujer del César no sólo debe ser pura, sino también parecerlo. En el caso de Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, el debate se está recrudeciendo en las últimas horas al haber publicado El Economista que el Instituto de Empresa (IE), la sociedad que casualmente fichó a Begoña Gómez justo tras llegar Pedro Sánchez a la presidencia, casualmente se habría interesado por hacerse con la sede de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en Madrid.
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La sede de la SEPI en realidad es un complejo en el que el IE para el que ahora trabaja la mujer de Sánchez ya tiene alquilados varios bloques, por lo que hace ya varios que años que estaría intentado hacerse con todo el complejo para unificar todas sus escuelas, que actualmente tiene dispersas por Madrid.
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Lamentablemente para el Instituto de Empresa, la SEPI ha venido rechazando reiteradamente las ofertas del Instituto por el complejo que en cambio vienen ocupando Navantia, Sepides y la propia SEPI.
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Resultaría chocante por tanto que justo en este momento, tras llegar a la presidencia Sánchez y tras contratar el IE a la mujer de Sánchez, la SEPI cambiara de criterio y le vendiera ahora el complejo al IE, casualmente tras todos estos acontecimientos.
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Sólo dos meses después de que Pedro Sánchez prometiera el cargo, Begoña Gómez daba un giro llamativo a su vida. La mujer del presidente, licenciada en marketing en el ESIC, era directora de consultoría en externalización comercial de la empresa Inmark Europa, ejerciendo además de codirectora y profesora del Máster en Dirección y captación de fondos públicos y privados Fundraising para ONGs de la Universidad Complutense de Madrid.
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Con la llegada a la Moncloa, se anunció que Begoña Gómez había solicitado (y se le había concedido) una excedencia en Inmark Group y que así podría centrarse en sus funciones como “primera dama”.
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Muy poco después, sin embargo, se notificaba que la mujer de Sánchez había sido nombrada directora del Africa Centre, un centro de la IE University, del grupo Instituto de Empresa, dedicado a la innovación en el continente africano. El nombramiento tenía todavía un par de peculiaridades dignas de ser reseñadas. El primero que el salario es secreto, porque no es política del IE hacer públicos los salarios de sus empleados, y segundo que el cargo de directora del Africa Centre era un puesto de nueva creación, por lo que inmediatamente surgieron las sospechas de que no se trataba de encontrar a la persona idónea para el puesto sino el puesto idóneo para la persona. Aunque el IE trató de justificar el nombramiento alegando que la decisión de nombrar a Begoña Gómez había sido tomada justo antes de que Pedro Sánchez llegara la presidencia y no justo después, el nombramiento de la esposa del presidente ha sido dese entonces objeto de comprensible controversia.
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Naturalmente el interés del IE por hacerse con la sede de la SEPI arroja una nueva clave interpretativa de toda la cadena de hechos. Si tras años de intentar sin éxito hacerse con ese complejo, el IE lo consiguiera justo tras contratar a la mujer del presidente, existirían dudas razonables respecto a la pureza aparente de la mujer del César.
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El “gobierno de la dignidad”
Por lo demás, sólo cabe preguntarse lo que hubieran dicho PODEMOS o el propio PSOE en una situación similar si no estuviéramos hablando de la mujer de Pedro Sánchez, sino de la de Albert Rivera o Pablo Casado. Nos lo podemos imaginar.
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