El Parlamento rechaza y el Ayuntamiento defiende el cuadro mezclando a Hitler con las Javieradas

El Parlamento aprobó ayer una declaración institucional por la que rechaza la representación del acto tradicional de las Javieradas con la imagen de Hitler y Franco. La declaración institucional aprobada dice lo siguiente:

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“Rechazar la representación del acto tradicional de las Javieradas con la imagen de Hitler y Franco por el grave e injustificado insulto a los miles de personas de toda Navarra que participan o sienten apego a esta peregrinación hasta el Castillo de Javier”.

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UPN y PPN votaron a favor de la declaración, Geroa Bai, Bildu y PSN se abstuvieron y Podemos e I-E votaron en contra..

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La Comisión de Asuntos Ciudadanos del Ayuntamiento de Pamplona, sin embargo, rechazó reprobar ese mismo cuadro ya que el cuatripartito votó en contra de este rechazo y el PSN se abstuvo en dos de los tres puntos de la declaración.

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Durante el debate acerca del cuadro, I-E sostuvo que “muchos de quienes realizan las Javieradas no son conscientes de cómo surgieron y cuál es su historia, y que bastantes dejarían de acudir si lo supieran, por lo que es bueno y sano repasar la historia”. En la misma línea, Aranzadi-Podemos defendió la imagen apelando a que “el origen de la Javierada, aunque mucha gente no lo sepa, era la conmemoración de la victoria del 39″. Efectivamente, es sanísimo repasar la historia, particularmente la del comunismo, lo que podría dar lugar a estupendos collages con los líderes de Podemos e IU. Por lo demás, un repaso a la historia confirmaría que la devoción por Javier es muy anterior al 39, que ya en 1886 la Diputación Foral de Navarra organizó un peregrinación multitudinaria como agradecimiento al santo, por el hecho de que Navarra no sufriera ese año una terrible epidemia de cólera, y que Javier no es un lugar de devoción porque se organizó una marcha en 1940, sino que se organizó una marcha en 1940 porque Javier eran un lugar de devoción.

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La concejal de Bildu, Maider Beloki, calificó la  polémica de “preocupante” porque supone un “retroceso con la libertad de expresión“, a lo que añadió que “el primer principio democrático es que cualquiera pueda decir lo que siente”. Siempre que uno no diga que los niños tienen pilila, claro está. En realidad a veces hay que hacer un esfuerzo, aunque los portavoces de Bildu nos inciten a decir lo que pensamos, para no decir lo que pensamos de los portavoces de Bildu. Eso sí, no dejaremos de recordar que la idea de la libertad de expresión de algunas de las personas que ahora están en Bildu es pegar un tiro en la nuca al que les lleva la contraria. Y hacerle después un aurresku al asesino.

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Algo más de sensatez mostró  Maite Esporrín, la portavoz del PSN, que ponderó por un lado que “la libertad de expresión es muy importante”, pero por otro se preguntó si “¿Es necesario ofender en cuestiones como las creencias?” y si “se permitiría cualquier obra, ¿se permitiría una obra a favor de los homófobos o de la violencia de género?”. Esporrín concluyó que “en esta ciudad sobra provocación y estamos faltos de conciliación”.

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Como elemento final, el caso es que el cuadro ha sido retirado de la exposición por decisión de su propio autor. Queda sin embargo un cabo por atar y es el de la concesión a dedo al colectivo Plazara del Palacio Redín y Cruzat, como espacio de exposición, y en general el uso y disfrute de los recursos públicos por parte de colectivos afines al cuatripartito a costa del bolsillo de todos los contribuyentes, incluyendo los que van a Javier.