Uxue Barcos, de prosperar la demanda contra ella en el Tribunal de Cuentas, podría ser condenada a devolver 60.000 euros

El Tribunal de Cuentas ha desestimado el último intento de Uxue Barcos, mediante un recurso de reposición, por frenar el proceso en el que se investiga el cobro de dietas en el Ayuntamiento de Pamplona. De este modo, ahora se abre un plazo de 20 días en el que la acusación particular, en este caso Justitia et Veritas, puede presentar una demanda que concluirá con una investigación en toda regla sobre el caso de las dietas.

En esta ocasión el Fiscal ha asumido la tesis que mantuvo Justitia et Veritas en el escrito de impugnación del recurso de reposición y que ha sido admitida por la Consejera de Cuentas. Paradójicamente el Ayuntamiento de Pamplona, en teoría principal interesado en que su dinero (el de los contribuyentes) no se vaya en cobros indebidos, había solicitado el archivo del caso en consonancia con las tesis de la defensa de Barcos.

En el supuesto de estimarse la demanda de Justitia et Veritas y considerarse las dietas como indebidamente cobradas, Barcos podría llegar a ser condenada a devolver las dietas percibidas. También podría afectar a los demás miembros de su grupo cuya retribución se llevó a cabo por el sistema de dietas de asistencia. La presidenta podría tener que devolver unos 60.000 euros y el resto de los concejales de su grupo unos 160.000. En total alrededor de 220.000 euros.

La Consejera de Cuentas encargada del proceso es María Antonia Lozano Alvarez, la misma que recientemente condenó a los populares Alfonso Alonso y Javier Maroto a devolver casi medio millón de euros por un arrendamiento suscrito por el Ayuntamiento de Vitoria que la Juez Contable consideró lesivo para las arcas públicas.

Aunque se ha llegado a intentar responsabilizar a Maya del cobro de las dietas, en la documentación aportada por el Ayuntamiento se comprueba que Maya sólo firmaba un libramiento para el pago de la nómina del personal municipal por su importe total, sin especificación alguna, en la que estaban englobadas las retribuciones de los miembros de la Corporación municipal. Parece por tanto improbable que el caso de las dietas se pueda silenciar a base de tratar de implicar a más partidos y en este punto de la investigación, de hecho, el proceso no se puede parar.

Las dietas de Uxue Barcos van a ser por tanto investigadas, aunque habrá que esperar hasta dónde llega y qué concluye el Tribunal de Cuentas. Puede que al final todo sea legal, pero lo menos malo que puede salir de esta investigación para Uxue Barcos es que cobró dinero por unas reuniones que no existe constancia alguna de que siquiera existieron.

Por el contrario, lo que más bien hay son dudas razonables de si existieron. Otras cosa es que la presidenta Barcos se vea favorecida en este caso por el hecho de que acaso no se pueda probar que las reuniones no existieron. Lo cual a su vez nos devuelve a lo antiestético de un sistema en la que la gente no tenía que demostrar las reuniones para cobrar, sino que ahora habría que demostrar que no existieron para impugnar su cobro, el mundo al revés. El de las dietas del Ayuntamiento de Pamplona era un sistema perfecto para cobrar por reuniones inventadas, por tanto ni ético, ni estético. Barcos no fue la inventora del sistema, pero ahora mismo es la más llamativa de sus beneficiarios. Obviamente la sospecha ciudadana ante este sistema es legítima. Aunque no se pueda probar que las reuniones se inventaban, el sistema de cobro era intrínsecamente perverso, lo que invita a pensar mal. El caso de las dietas siempre será un lastre sobre la presidenta por todo lo anterior, pero si además fuera condenada a devolver el dinero de las dietas, nos encontraríamos ante una auténtica bomba política.