Asirón se mofa de los creyentes y del Defensor del Pueblo

El Ayuntamiento asegura al Defensor del Pueblo que las creencias religiosas se han respetado en todas las exposiciones que se han llevado a cabo

Hace poco más de un mes, con ocasión de la exposición de Abel Azkona en la que se ofendía gravemente a los católicos, el Defensor del Puebo de Navarra, Javier Enériz, en un escrito remitido al alcalde de Pamplona le pedía que “se garantice que los contenidos de las exposiciones artísticas que se autoricen en los locales y salas de titularidad municipal, sin perjuicio de la libertad de creación y expresión artística de los autores que expongan, tengan en cuenta las creencias religiosas, las distintas sensibilidades y el pluralismo de la sociedad pamplonesa y, en su caso, respeten los derechos de terceras personas, adoptando, cuando proceda, las medidas oportunas en pro de una mejor convivencia”.

El Ayuntamiento de Pamplona acaba de responder a esa sugerencia del Defensor del Pueblo con un escrito, en el que confirma que tanto la libertad de creación como el respeto a las creencias religiosas han sido perfectamente respetadas en todas las exposiciones que ha llevado a cabo el actual Ayuntamiento desde su toma de posesión.

Es decir, el Ayuntamiento sostiene que en la exposición de Abel Azkona, en la que se llegó al extremo de exponer formas consagradas sustraidas, se respetaron plenamente las creencias religiosas de los católicos.

Entonces, ¿en qué consiste no respetar las creencias religiosas

Resulta llamativo que Asirón y Beloki tengan el oído tan fino como para escuchar y condenar unos gritos que nadie profirió y ningún dispositivo de grabación registró, pero que sin embargo no se enteraran de las más de 100 mil firmas ofendidas por la exposición, de las concentraciones de protesta, de las cartas y artículos, de las críticas en las redes, del escándalo a nivel foral y nacional en todos los medios de comunicación. ¿Realmente creen que se respetó a los creyentes y que todo lo anterior fue un efecto sin causa, fruto del escrupuloso respeto del Ayuntamiento a los creyentes? Hasta la propia carta del Defensor al alcalde pidiendo respeto es un innegable efecto de esa falta de respeto, salvo que Asirón entienda que el Defensor del Pueblo envía una sugerencia pidiendo respeto en todos aquellos casos que entiende que no hace falta que envíe una carta pidiendo respeto.

¿Qué habría hecho el Ayuntamiento si hubiera querido ofender a los creyentes?

Es más.

Si el Ayuntamiento quisiera reírse Del defensor del Pueblo, ¿cómo le habría respondido?

Pues si hubiera hecho justo lo mismo que ha hecho, igual es que es eso lo que ha hecho.

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