Qué tropa ¡qué lío!

De aquellos polvos estos lodos. ZP se desmarco de los consensos básicos de la Transición, además de su bla, bla continuo, nos dejo el aborto como derecho, una memoria histórica sesgada, el sectarismo más atroz en su política de género, y su cobardía al abandonar a los aliados. Sánchez es el ZP2 siguiendo la estela sectaria de su antecesor. Los de Pablo Iglesias vienen practicado sus doctrinas comunistas desde Venezuela, y buscaron sus fuentes de financiación en dictaduras lejanas. Mientras aquí, aprovechando la crisis económica, han practicado su sectarismo con el aplauso de muchos medios de comunicación y presentándose con piel de cordero en una visualización inteligente de una película simplista de buenos/buenos y de malos/malos.

Cuando todo estaba programado para que tras fallida investidura con lapidación incluida de Rajoy, nos vendiesen la necesidad del Gobierno del Cambio. La irrupción del coletas y su trouppe tras la salida de la Zarzuela cambio el escenario. En un plis plas le montó medio gobierno a ZP2, y con la soberbia del leninista iluminado le advirtió a ZP2 que no se fía de él y que ahí está Iglesias para poner remedio, nombrándole la mitad del gobierno y colocándolo todo él bajo su dirección, puesto que para ZP2 con ser presidente ya le ha caído un buen chollo de la lotería política. A Rajoy político experimentado, todo este teatrillo podemita le ha venido de perlas y con la cinta de no presentarse de momento a la confianza les ha pasado la patata caliente, a los socialistos y sus demagogos acompañantes. La maniobra del presidente del Gobierno en funciones le permite ganar tiempo al provocar una segunda ronda de consultas del Rey, y así retrasa el comienzo de la cuenta atrás, agudizando las contradicciones de ZP2. Que ahora se lía en el tema táctico de los turnos.

Es mucho pretender que ZP2 con sólo 90 diputados (con presencia importante de socialistas andaluces) quiera seguir jugando a creerse el centro del mundo. Necesita de un Iglesias “el nuevo caudillo mediático” que con sus 45 diputados fijos  y algunos otros dudosos aliados, junto al pobre Garzón que tan solo cuenta con 2, pero todo ello les es insuficiente. Todos estos quieran liderar el cambio, aún cuando no pueden hacer ninguna reforma constitucional sin contar con el PP. La realidad parece diabólica, el PP no puede hacer nada sin el PSOE, y el PSOE tampoco podría hacer nada sin Podemos. La mayoría política que puede gobernar (PP-Ciudadanos) no suma, y la mayoría política que suma (PSOE-Podemos y nacionalistas) no es razonable que puedan gobernar. Estas difíciles realidades obligarían a repetir las elecciones. Solo mirando a la derecha, y contando con la abstención socialista, tendríamos una alianza PP-Ciudadanos (163  apoyos) viable. Porque mirando hacia la izquierda, una alianza PSOE-Podemos-IU (161 apoyos), no son viables, sin la adición de grupos nacionalistas.

Los socialistas en el Comité Federal del día 30 deberían parar a ZP2 y reconducir la situación. No le falta razón a Alfonso Guerra cuando dice que sólo es posible un gobierno en minoría del PP o nuevas elecciones. Pero los socialistas no deben olvidar que unas nuevas elecciones favorece en mucho a Podemos y les perjudica a ellos. El papel de Alberto Ribera parece cobrar cada vez mas importancia para llevar a buen mandamiento a los socialistas y así facilitar un entendimiento de los tres, con un programa reformador consensuado. No olvidemos que el primer objetivo de Podemos no es derrotar al PP sino superar al PSOE y el odio a Rajoy es sólo un pretexto, una palanca. Hay que confiar que impere la razón.