La exposición anticristiana de Abel Azkona termina con polémica

Ayer terminó por fin la exposición de Abel Azkona en la que primero se expusieron unas formas consagradas sustraídas y luego se mantuvieron las imágenes de esas formas en el suelo, con las que el autor escribió la palabra “pederastia”.

Poco más se puede añadir a todo lo dicho ya sobre esta exposición basada en ofender a los católicos para buscar notoriedad. Una exposición recopilatoria de la obra del autor en la que todo lo que no era esta profanación ha quedado relegado a la irrelevancia y en la que, casual y convenientemente para el Ayuntamiento y para todos, no se encontraba la obra en la que Azkona se come las páginas de El Corán.

Frente a esta provocación cruel y gratuita contra los creyentes, la postura del Ayuntamiento, del Gobierno de Navarra y de medios como el Diario de Noticias, ha sido ponerse del lado de quien ofendía y en contra de quienes eran ofendidos. El nuevo límite de la libertad de expresión es que no se falte al respeto sólo a quienes piensan como Joseba Asirón, Uxue Barcos, Maider Beloki o Abel azkona.

En medio de toda la indignación suscitada, el capítulo más vergonzoso de acoso a los ofendidos seguramente fue la acusación, por parte del Diario de Noticias, de que en una concentración contra la exposición se habían proferido unas amenazas contra el alcalde, que nadie de los que asistieron a la concentración escuchó y que, pese a la abundancia de medios que cubrían el acto de protesta, por no mencionar la omnipresencia de los teléfonos móviles, no quedó registrada en ninguna grabación. Si quien acusa debe probar, de los supuestos gritos de “Asirón ejecución” sólo hubo acusación. Los “ultras” en esta historia, para las fuerzas gobernamentales, han sido las personas a las que se les ha faltado al respeto en vez del autor.

El final de la exposición, ayer domingo, aún añadió un momento final de tensión cuando se desplegó una pancarta sobre la fachada del edificio con el lema “STOP cristianofobia”, sobre las 12:30 del mediodía, poco después de que se abriera por última vez la exposición. La pancarta quedó desplegada a medias, por lo que la segunda foto que ilustra esta noticia es una sofisticada simulación por ordenador. La pancarta permaneció colocada unos 15 minutos hasta que intervino la policía municipal, identificando y denunciando a una persona por su colocación. Alguien podría pensar que la colocación de la pancarta fue una “performance” de carácter artístico amparada por la libertad de expresión, pero parece los nuevos mandos del área de seguridad del Ayuntamiento no son de esta opinión. Para ser una “performance” artística en condiciones, efectivamente, puede ser que faltaran algunos elementos esenciales, como ser ofensiva, ir dirigida sólo contra las personas que no participan de ciertas ideas progresistas y que haya dinerito público de por medio.

¿Distinta vara de medir según lo que se cuelgue de la fachada?

De hecho, el día de la apertura de la exposición (20 de Noviembre de 2015), otros desconocidos colgaron una gran bandera republicana exactamente en el mismo lugar que se intentó colocar ayer la pancarta “STOP Cristianofobia”. La bandera republicana estuvo colgada toda la tarde sin que nadie la denunciara, pese a haber personalidades y políticos que incluso se fotografiaron ante ella con el puño en alto. El enlace al álbum con esta imagen (y otras) fue difundido en las redes por asociaciones de fusilados de Navarra, el propio Azcona y políticos como Txema Mauleón, actualmente Jefe de Gabinete del Vicepresidente de Derechos Sociales de Navarra, o marcada como favorita por Miren Aranoa, parlamentaria de Bildu, ninguno de los cuales parece que considerara  sancionable ni reprochable su colocación.

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Comentarios (5)
  1. Es la famosa euskodoblevara de medir.
    Ellos pueden colgar sus espantajos, los demás no pueden pedir que se pare la ola de odio a los cristianos. Ellos pueden atropellar ciudadanos, y reciben dos besos de recompensa de la municipala eskratxadora, los demás no pueden hacer nada sin que se les echen encima, incluso esperan pacientemente a que ocurra algo en vez de evitarlo.
    Y así todo en EuskoMátrix.
    …y encima con nuestro dinero, porque ellos no ponen, sólo lo cobran.

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  2. Basil says:

    Todo mi apoyo al vecino retenido y también a los jóvenes que poco después se hicieron fuertes en la exposición con una pancarta en la que podía leerse: “Navarra pide Respeto”. Es una pena que esta última acción, de gran éxito, no esté teniendo relevancia mediática. Aquí está faltando más Periodismo y menos Photoshop, más Aurresku y menos Cabaret.

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  3. Magister says:

    Pero no todo lo explica el EuskoMatrix. Esta exposición sacrílega y repugnante ha sido mantenida hipócrita y sectariamente por el Ayuntamiento de Bildu sí, pero también han estado a favor de ella muchos no-nacionalistas, como los de Podemos o Izquierda-Ezkerra. El monotema de nacionalistas/no nacionalistas no explica todo en este mundo, ni tampoco otras claves políticas o partidistas. Esto está más allá y es un sacrilegio lo haga quien lo haga.

    Sin ir más lejos, Cristina Cifuentes, del PP, es admiradora de Abel Azcona: http://tendencias.vozpopuli.com/sociedad/4950-abel-azcona-el-artista-favorito-de-cristina-cifuentes

    Sólo quiero decir que hay cosas que superan el ámbito político y son execrables las haga quien las haga, sea cual sea su color.

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  4. jabier says:

    Buena la imagen tuneada por ordenador y con el fondo de aquel Pamplona 2016, capital europea de la cultura, uno de los mayores fiascos de la Barcina.

    ¿Cuánto nos costaría aquello?

    Debate acalorado. Y tú, ¿qué opinas? Thumb up 4 Thumb down 6

  5. Ramon de Argonz says:

    Según nos enteramos, anteayer domingo día 17 de enero, a eso de la una del mediodía, varios jóvenes reaccionaron sanamente y con entereza extendiendo en el interior de la exposición blasfema, delante de la “pieza” ofensiva “Amén”, la pancarta siguiente: “Navarra pide respeto. Cierre de la expo blasfema¡”.
    Es la misma pancarta que se extendió en la concentración masiva celebrada con el mismo motivo en la plaza consistorial el jueves 26 de noviembre de 2015.
    Sí, ya sé que es tarde, que es el día del cierre de la exposición blasfema, pero algo es. Una pancarta, tampoco es gran cosa, pero lo realizado por esos jóvenes es todo un signo dentro de la pequeñez humana y del retraimiento general de los católicos de hoy. Sin ejercer los cristianos con tranquila entereza sus propios derechos, recibirán bofetada tras bofetada por parte de algunos. Sí, uno podrá poner su mejilla, pero no la del otro, y menos la de lo más sagrado …
    Me avergüenza la flojera de los católicos y ciudadanos pamploneses y navarros ante el rodillo anticristiano y antinavarro de hoy, su seguidismo a las formas de salón y de guante blanco, su imponente comodidad de sofá, precisamente cuando los ofensores se saltan todo lo habido y por haber, y machacan a quien no sea amigo suyo.Parecemos amaestrados para callar y obnubilados por legalismos exagerados y paralizantes, muchas veces desenfocados e inventados por nosotros mismos. Como si poner una pancarta fuese algo: pues miren Vds., es poco, muy poco, aunque en el actual desierto parece y es mucho.
    A su vez, me enorgullece la entereza y simpatía de ese grupo de jóvenes de la citada pancarta: “Navarra pide respeto. Cierre de la expo blasfema¡”.
    Pues bien, estos no fueron los únicos. La mañana estuvo movidilla, claro que era la última. Una hora antes, otros, con más esfuerzo y complejidad, colgaron de la fachada otra pancarta en la que se leía en el momento de encalarse y luego al retirarla: “Stop cristofobia”, pues la pancarta no llegó a extenderse del todo.
    Los curiosos transeúntes, aunque tampoco había muchos, apreciaron todo este jaleo. Ya es la comidilla de todo Pamplona y Navarra. Aupa por todos esos simpáticos y coherentes pamploneses.
    ¡Sólo falta que haya libertad para blasfemar y cometer sacrilegio, para ofender -seguramente a conciencia para mostrar quién “domina”, quién “manda” al fin, y un “rencor histórico”- y no la haya para expresar una básica y elemental protesta!
    No voy a entrar a la vergüenza que tiene las dos varas de medir, muy propia del rencor y de la mayor indecencia.
    -¿Eh, oiga?, que ya estamos hartos de ofensas y barbaridades. Aurrerá. ¡Y que la Justicia (si existe en esta España nuestra) se deje ver, qué caramba¡

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