Economía sumergida, hundida y esfuerzo fiscal

.. Un estudio dirigido por el profesor Jordi Sardà (Universitat Rovira i Virgili) en colaboración con los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ha determinado que la economía sumergida en España puede representar, según los distintos enfoques, entre el 19% y el 28%  del total de la economía. No obstante, ya de entrada, el informe reconoce que la cuantificación de la economía sumergida es difícil “dado que, por razones obvias, nadie está dispuesto a declararla y, por lo tanto, se trata de medir algo que no es observable directamente, en la mayoría de las ocasiones”. Es decir, que la medición de una magnitud oculta por definición resulta escurridiza y requiere métodos, como se verá a continuación, más próximos a la estimación y la suposición que a la medición. El estudio explica que el reto de medir una magnitud oculta se puede abordar a través de tres métodos. Los métodos directos que se basan o bien en la realización de encuestas y cuestionarios. Obviamente su fiabilidad es limitada, en tanto en cuanto no se puede verificar el resultado y, en realidad, lo que se trata de medir no es lo que la gente declara sino precisamente lo que no se declara. Una encuesta sobre si somos mentirosos nunca dará una respuesta fiable, por pura lógica. Si lo piensan, el resultado de esa encuesta debería ser siempre que el 100% somos honrados, independientemente del número de mentirosos. Las estimaciones que se obtienen mediante la utilización de métodos indirectos, como el consumo de electricidad, no dependen de las opiniones de un conjunto de encuestados, pero aquí el estudio también reconoce que “esto no quiere decir que no presenten importantes limitaciones”. En cuanto al MIMIC (múltiples indicadores, múltiples causas), una vez más el informe admite que “esta técnica presenta una limitación a la hora de recoger situaciones reales donde el fenómeno inobservable depende de múltiples causas y afecta a múltiples indicadores”. En definitiva, el MIMIC no es más que el método indirecto multiplicado. En conclusión, el punto de partida del informe es que sus resultados pueden ser bastante cuestionables. Así y todo, en esta gráfica extraída de otro estudio en la que se comparan las supuestas economías sumergidas de diversos países se le asigna a la economía española un 19,8%. En realidad, el resultado es que la economía española no está tan lejos de la media europea y que países como Suecia tienen una economía sumergida estimada que ronda el 15%. El informe también fracasa a la hora de establecer una relación entre presión fiscal y economía sumergida, porque se encuentra con que con mucha presión fiscal hay tanto países con mucha como con poca economía sumergida. La explicación que aportan los autores del estudio es que en los países desarrollados suele haber presión fiscal elevada y poca economía sumergida, mientras que en los subdesarrollados suele haber mucha economía sumergida con presión elevada. También se concluye que el comportamiento de España en este sentido es más parecido al de los países subdesarrollados. Una posible explicación, que no se aporta en el informe, es la de que la presión fiscal es mucho más alta en los países pobres con impuestos elevados que en la de los países ricos con impuestos elevados. Lógicamente, porque quitar el 50% de su sueldo a una persona que gana 15.000 euros supone mucho más esfuerzo que quitar el 50% a una que gana 50.000, aunque a las dos se les quite el mismo porcentaje. Por consiguiente, en los países con más esfuerzo fiscal (no sólo con más presión fiscal) es más probable que exista una mayor cantidad de economía sumergida. Obviamente, España es uno de los países de la OCDE donde los habitantes se encuentran sometidos a una mayor presión fiscal. Finalmente, también se podía haber hecho en el informe una referencia a la dificultad a menudo de que un negocio sumergido pudiera sobrevivir en caso de aflorar a la legalidad, las normativas abrumadoras y los impuestos, o al estímulo que supone trabajar en la economía sumergida mientras se cobra por otro lado, en países en los que proliferan muy intensamente las ayudas, subvenciones y subsidios. http://www.gestha.es/archivos/actualidad/2014/2014-01-29_INFORME_LaEconomiaSumergidaPasaFactura.pdf