Los dispendios de la inmoralidad.


Hartica estoy ya de los dimes y diretes de la enfermedad del rey, de lo que ha costado, de quién lo ha pagado…y de lo “buenisisísima” que es nuestra sanidad pública cuando no se trata del usuario de a pie, (todo eso sería para otra letanía de otro día…ya veremos!…(dicho sea de paso, la que suscribe trabajadora del hospital Clínico de Barcelona). Dejando a un lado toda la comedia mediática y todo lo dicho y lo callado, mi queja no es para el real evento ni para lo que nos ha costado a los contribuyentes de la Seguridad Social. Mi hartazgo sobre el tema sanitario-real es directamente proporcional a mi asombro sobre la falta de información y de quejas sobre lo que nos cuesta que un montón de millonarios se paseen por el mundo dando patadas a un balón……, eso sí, llenos de patriotismo y mirando al cielo ensimismados cuando suena el himno patrio. Prefiero no saber lo que las arcas del estado se dejan en toda la “troupe” futbolística con el beneplácito de la masa social, (no toda claro está), y sin ningún reparo por tan descomunal dispendio. La situación económica creo que bien merecía que España, entre otros, se hubiese retirado de este mundial, pero desgraciadamente, el fútbol, a día de hoy, es lo que en su época fue la religión, el silencio, la esclavitud de la razón y el fervor del pueblo. Supongo que los aficionados me tacharán de muchas cosas…, pero llevo escuchando tantas necedades sobre semejante evento…, que no me inmutan en absoluto. Diría que cuanto antes terminen…, menos gasto, pero eso me imagino que entra en lo que modernamente se denomina…”políticamente incorrecto”. Amén.


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